"¡La Guerra de la Información! Grupos Ultra y Desinformación: La Amenaza Oculta que Quiere Sembrar el Caos en España"
Estos, sin embargo, han sido recibidos entre gritos de "fuera", "asesinos" y lanzamiento de barro a su llegada a las calles céntricas de Paiporta, la denominada "zona cero" de la DANA. A pesar de ello, los monarcas han tratado de hablar con algunos de los voluntarios y habitantes del lugar que se han acercado a ellos.
Las cámaras de Antena 3 han captado una de estas
conversaciones. En ella, el rey le pide a sus interlocutores que no hagan caso
"a todo lo que se publica". El motivo es que, según asegura el propio
Felipe, "hay mucha intoxicación informativa y muchas personas interesadas
en esto".
"¿Para qué? Para que haya caos", ha proseguido el
monarca. Entonces, una de las personas con las que está hablando se dirige a él
y le explica que "esto ya es un caos". "Ya lo hemos
perdido todo", ha añadido.
El entorno de la asociación de
ultraderecha Revuelta ha reivindicado el ataque al presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, durante la visita oficial de los reyes a Paiporta, una de las
localidades de la comarca de l'Horta Sud más afectadas por la catástrofe de la
DANA. Además, el sindicato de Vox ha ofrecido sus servicios jurídicos a quienes
patearon el vehículo oficial de Sánchez.
Adrián Campos, que se presenta como “voluntario” de una
suerte de delegación valenciana de Revuelta, ha comentado en un grupo de
WhatsApp, al que ha tenido acceso elDiario.es: “Estamos los de mi asociación
aquí, les hemos destrozado el coche, pero solo le hemos podido dar con un palo
en la espalda”. “No sé qué habrá pasado después pero de nuestra zona ha salido
vivo”, ha apostillado.
Además, según el Diario.es
Las redes de la extrema derecha han
azuzado llamamientos para boicotear la visita institucional dando direcciones
de Paiporta por donde pensaban que iban a pasar los reyes y Pedro Sánchez. “Casi
una veintena de jóvenes, con indumentaria ultra, han comenzado a lanzar barro
contra la delegación oficial desde la esquina de las calles de Mestre Palau y
València de la localidad de Paiporta. Otros vecinos, aparentemente
desvinculados del grupo de ultras, han acompañado con gritos y lanzamientos de
barro a los jóvenes que han iniciado los disturbios. A partir de ese momento se
ha desatado el caos y el dispositivo de seguridad se ha desbordado.
"Entre los jóvenes que han participado en los disturbios
figuraban individuos con tatuajes ultras y con prendas de la División Azul y de
marcas de ropa habituales en grupúsculos neonazis. Algunos de los alborotadores
han hecho saludos nazis con el brazo a la romana” añade Diario. es
La intoxicación informativa, o el uso de información
falsa o distorsionada, no es un fenómeno nuevo, pero su alcance se ha visto
potenciado gracias a las redes sociales y plataformas de comunicación digital. Los
algoritmos de estas plataformas promueven contenido sensacionalista o
polarizante, ya que genera más interacciones y retiene la atención del usuario
por más tiempo. Este sistema beneficia tanto a los creadores de contenido
como a las redes mismas, pero también tiene una consecuencia oscura: la
fragmentación de la realidad, donde cada grupo tiene su propia versión de los
hechos.
En España, esta dinámica ha sido aprovechada por grupos con
ideologías ultra, que promueven narrativas de crisis y conflicto, y que
se caracterizan por un discurso de odio y división. Sus mensajes,
frecuentemente dirigidos contra inmigrantes, minorías o contra el mismo
gobierno, suelen estar sustentados en "noticias" de dudosa
procedencia o en datos falsos que buscan atemorizar a la población.
¿Quiénes Son y Qué Buscan Estos Grupos? Los grupos
ultra en España suelen tener orígenes diversos: algunos proceden de movimientos
de extrema derecha nacionalista, otros de ideologías conspirativas y anti-sistema,
y algunos de sectas religiosas con una agenda específica. Lo que los une es su
interés por desestabilizar el orden institucional y promover su visión del
país, una visión que rechaza la diversidad y el pluralismo y se enmarca en un
discurso de confrontación directa. Buscan captar la frustración de ciertos
sectores de la sociedad, que se sienten inseguros o insatisfechos, y canalizar
su descontento hacia el apoyo de causas reaccionarias.
Para estos grupos, el caos es una herramienta que puede ser
explotada para su beneficio. Un clima de desconfianza hacia las instituciones,
la política y los medios de comunicación favorece su agenda, ya que permite que
sus ideas sean vistas como una "verdad alternativa" que se enfrenta a
un sistema que presentan como corrupto y decadente.
Estas facciones ultraconservadoras y extremistas suelen
emplear técnicas de manipulación como:
- Difusión
de Fake News: Noticias falsas que crean una percepción de inseguridad
y caos. Ejemplos recientes incluyen titulares alarmistas sobre la
inmigración o sobre la violencia en ciertos barrios.
- Uso
de Bots y Trolls: Perfiles falsos en redes sociales que refuerzan
narrativas extremistas y atacan a voces contrarias. Esto ayuda a crear una
percepción de consenso en temas que en realidad no gozan de un apoyo masivo.
- Exageración
de Problemas Sociales: Amplifican problemas existentes, como la
inseguridad o la crisis económica, para generar descontento y hacer que
las personas duden de la capacidad del gobierno actual.
- Apropiación
de Simbología Nacional: Utilizan símbolos como la bandera o el himno
nacional en sus discursos, haciendo que cualquier crítica a su ideología
parezca un ataque a los valores nacionales.
La consecuencia de esta intoxicación informativa y de la influencia de
estos grupos ultra es una sociedad cada vez más dividida, donde el diálogo se
hace casi imposible. El caos, en este contexto, es un medio para socavar la
confianza en las instituciones democráticas y fomentar un clima de hostilidad
en el que, paradójicamente, estos grupos ganan más poder y legitimidad.
La polarización extrema está derivando en la incapacidad para debatir de
forma constructiva sobre temas cruciales como la inmigración, la economía y la
seguridad. Las mentiras se convierten en "realidades" para muchos, y
las verdades en "opiniones". Esta confusión es exactamente el caldo
de cultivo que buscan estos grupos para promover sus agendas reaccionarias.
En conclusión, los grupos ultra han identificado en la
desinformación y el caos una oportunidad para crecer y ganar influencia en
España. La intoxicación informativa no solo alimenta su discurso de odio,
sino que también debilita la cohesión social y la democracia. A través de la
manipulación, han logrado instalar narrativas divisivas que, lejos de unir,
siembran miedo y desconfianza en una sociedad que, hoy más que nunca, necesita
soluciones constructivas y un compromiso con la verdad.
El aparente diálogo espontáneo del monarca con los afectados. Ni fue espontáneo ni fue con afectados. La escena estaba preparada y se empleó a reconocidos e identificados jóvenes militantes de grupos de ultraderecha.
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