Dejarlo Todo”: Radicalidad o Simbolismo en el Discipulado Según Jesús
1. Contexto bíblico: el llamado de los discípulos
En los evangelios, Jesús llama a sus primeros discípulos
mientras estaban ocupados en sus actividades cotidianas, como pescar o recaudar
impuestos. Por ejemplo:
- Mateo
4:18-22: Pedro y Andrés dejan sus redes; Santiago y Juan dejan a su
padre y su barco.
- Lucas
5:27-28: Leví, también conocido como Mateo, deja su puesto de
recaudador y sigue a Jesús.
El acto de "dejarlo todo" no se limita a
abandonar posesiones materiales, sino que implica un cambio radical en la vida,
una reorientación hacia el seguimiento de Jesús.
2. Interpretación de Pikaza: lo que implica "dejarlo
todo"
Según Segun Pikaza, "dejarlo todo" es un símbolo
de ruptura y transformación. Desde su perspectiva, esto puede entenderse en
varios niveles:
a. Ruptura con las estructuras sociales y económicas
Pikaza destaca que los discípulos, al dejar sus trabajos y
sus familias, rompen con las estructuras que definen la seguridad y el estatus
en la sociedad. Este acto simboliza una inversión de los valores dominantes:
- Desprendimiento
material: Los discípulos renuncian a su medio de sustento. Para
Pikaza, esto refleja un rechazo de la economía de acumulación,
orientándose hacia una economía de la gratuidad y el compartir.
- Ruptura
con la familia tradicional: En el mundo judío, la familia era el
núcleo de identidad. Dejarla para seguir a Jesús implica un compromiso con
una nueva comunidad que redefine las relaciones sociales.
b. Transformación espiritual y vocación misionera
"Dejarlo todo" no es simplemente un acto de
renuncia, sino un paso hacia una nueva identidad. Según Pikaza, el seguimiento
de Jesús transforma a los discípulos en agentes de un Reino que no pertenece a
este mundo:
- Nuevo
horizonte de vida: La vida ya no se define por las posesiones o la
posición social, sino por la misión de anunciar el Reino de Dios.
- Dependencia
radical de Dios: Los discípulos pasan a depender de la providencia
divina, simbolizando una confianza absoluta en el Padre.
c. Radicalidad del amor y la justicia
Para Pikaza, el "dejarlo todo" refleja un
compromiso con los valores del Reino: amor, justicia y misericordia. Esto
implica abandonar las prioridades del poder y la dominación para vivir una
existencia al servicio de los demás.
3. Perspectiva teológica de Pikaza: discipulado y Reino
de Dios
Pikaza enmarca el acto de "dejarlo todo" dentro de
la visión escatológica del Reino. Jesús no solo invita a una nueva vida
personal, sino a formar parte de un proyecto más amplio que transforma el
mundo:
- Escatología
presente y futura: Los discípulos viven anticipando la plenitud del
Reino. Sus vidas deben reflejar ya los valores de justicia, paz y comunión
que el Reino promete en su plenitud.
- Comunidad
alternativa: Al abandonar sus vidas previas, los discípulos forman
una comunidad donde no hay jerarquías tradicionales, sino igualdad y
fraternidad. Pikaza subraya que esta comunidad es un signo visible del
Reino en el mundo.
4. Dimensión ética y social: implicaciones contemporáneas
En la interpretación de Pikaza, "dejarlo todo"
tiene profundas implicaciones para la vida cristiana hoy:
a. Renuncia al consumismo y la acumulación
Pikaza ve en el llamado a dejarlo todo un desafío a las
sociedades actuales, marcadas por el consumismo y la acumulación de riqueza. Los
cristianos están llamados a vivir de manera más austera, compartiendo con los
necesitados.
b. Compromiso con la justicia social
"Dejarlo todo" también implica un compromiso con
la justicia. Pikaza sostiene que el verdadero discipulado exige involucrarse en
la transformación de estructuras injustas y en la defensa de los marginados.
c. Desafío a las relaciones tradicionales de poder
El mensaje de Jesús, según Pikaza, cuestiona las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad. Los discípulos, al dejarlo todo, rechazan estos sistemas y abrazan una nueva forma de liderazgo basada en el servicio.
Conclusión: una invitación universal
"Dejarlo todo" es una invitación que, aunque
radical, está abierta a todos los creyentes. No se trata únicamente de una
renuncia externa, sino de una disposición interna a vivir plenamente el
Evangelio. Este llamado desafía a cada persona a cuestionar sus prioridades,
romper con lo que esclaviza y comprometerse con la construcción de un mundo más
justo, reflejando los valores del Reino de Dios.
El llamado de Jesús a sus discípulos para "dejarlo
todo" se enmarca en un contexto histórico, social y religioso muy
específico: el Israel del siglo I d.C., bajo ocupación romana y con tensiones
internas en la comunidad judía. Este contexto es crucial para entender el
significado y las implicaciones del llamado al discipulado.
1. Contexto Social y Económico
En la Palestina del siglo I, la mayoría de la población
vivía en condiciones precarias. La economía estaba dominada por la agricultura,
la pesca y pequeños talleres, mientras que los impuestos, tanto al imperio
romano como al templo, generaban una gran carga económica. Las clases más
bajas, como pescadores (Pedro, Andrés, Santiago y Juan) y recaudadores de
impuestos (Mateo), experimentaban constante opresión.
- Pesca
en el Mar de Galilea: La pesca, una actividad crucial en la región,
estaba regulada por las élites locales que imponían impuestos. Dejar las
redes significaba no solo abandonar una fuente de ingreso, sino también
liberarse de un sistema económico opresivo.
- Ruptura
con la familia: En el judaísmo, la familia era el núcleo de la vida
social y religiosa. Abandonarla implicaba un cambio radical en la
identidad y en la red de apoyo social.
Jesús llama a sus discípulos a salir de estos sistemas, lo
que simboliza la creación de una nueva comunidad basada en valores distintos a
los del sistema económico y familiar vigente
2. Contexto Político
Palestina estaba bajo el control del Imperio Romano, que
gobernaba a través de reyes vasallos como Herodes y procuradores como Pilato.
Las tensiones políticas eran altas, con movimientos de resistencia como los
zelotes, quienes buscaban liberar a Israel del dominio romano.
- El
Reino de Dios como alternativa política: Jesús proclama el Reino de
Dios como una realidad que contrasta con la dominación imperial. El
llamado a “dejarlo todo” se convierte en un acto político que subraya la
lealtad exclusiva a Dios, no a César.
- Relación
con los movimientos de resistencia: Aunque algunos discípulos, como
Simón el Zelote, tenían antecedentes en la resistencia armada, Jesús
ofrece una alternativa no violenta, basada en el amor y la justicia
divina.
- El
llamado a dejar la familia para seguir a Jesús simboliza un compromiso
total con el Reino de Dios. No es un rechazo de los lazos familiares per
se, sino una reorientación de la vida en función de valores superiores.
Jesús establece una nueva comunidad, una familia espiritual donde todos
encuentran su lugar, transcendiendo las limitaciones de la familia
tradicional.
- Jesús
no llama a los discípulos a vivir aislados, sino a integrarse en una nueva
comunidad que se organiza bajo principios del Reino de Dios. Esta
comunidad:
- Rompe
las jerarquías tradicionales: No está basada en vínculos de sangre, sino en
la comunión espiritual.
- Practica
la solidaridad y el compartir: Todos los bienes y necesidades se
comparten, como se ve en la Iglesia primitiva (Hechos 2:44-45).
Transformación de las
relaciones: Jesús no elimina la familia biológica, sino que redefine la
pertenencia en términos espirituales. En Mateo 12:50, Jesús declara que su
verdadera familia es aquellos que hacen la voluntad de Dios, lo que indica un
cambio en la concepción de la familia desde una perspectiva espiritual y no
solo biológica.
3. Contexto Religioso
El judaísmo del siglo I estaba fragmentado en varios grupos:
fariseos, saduceos, esenios y zelotes, cada uno con su propia interpretación de
la Ley y su respuesta a la ocupación romana.
- La
Ley y el Templo: La vida judía giraba en torno a la observancia de la
Ley (Torá) y el culto en el Templo de Jerusalén. Jesús, sin rechazar la
Ley, la interpreta de manera radical, priorizando la justicia y la
misericordia sobre el ritualismo.
- La
sinagoga y la comunidad: Las sinagogas locales eran centros de
enseñanza y vida comunitaria. El llamado de Jesús crea una comunidad
itinerante que rompe con estas estructuras tradicionales, estableciendo
nuevas formas de relación y liderazgo.
El llamado a seguir a Jesús, entonces, implica no solo un
cambio personal, sino también una reubicación dentro de las tensiones y
dinámicas religiosas del tiempo
4. Implicaciones Escatológicas
La enseñanza de Jesús tiene un fuerte componente
escatológico. Los discípulos son llamados a participar en la inminente llegada
del Reino de Dios.
- Urgencia
del mensaje: El acto de dejarlo todo refleja la urgencia del tiempo
escatológico. No hay tiempo para apegos materiales o sociales; el Reino de
Dios exige una respuesta inmediata y total.
- Nuevo
Pueblo de Dios: Jesús comienza a formar una nueva comunidad que
trasciende las fronteras tradicionales de Israel, abriendo el camino para
la Iglesia primitiva.
Conclusión
El contexto bíblico e histórico del llamado a
"dejarlo todo" ilumina su profundidad y radicalidad. Jesús ofrece una
visión del Reino de Dios que desafía tanto las estructuras políticas y
económicas como las religiosas, exigiendo un compromiso total y un cambio de
lealtades. Este acto de abandono es un símbolo del nuevo comienzo y la
transformación que Jesús trae, una invitación a formar parte de un proyecto
divino que trasciende las expectativas humanas.
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