¡Xabier Pikaza y José María Castillo no rompieron con la Iglesia!
En una página de Internet he encontrado el siguiente
articulo, que he estractado
por Patxi Aizpitarte en donde dice lo siguiente:
Xabier Pikaza es un hombre conforme al corazón de Dios, que
nunca se dejó intimidar por el temor para callar la Palabra del Señor y para
decir la verdad, aunque no les guste a los jerarcas. Su amor y su compromiso a
Dios lo motivan a seguir sin reservas las directivas del Espíritu Santo para
salvar almas para Cristo, por predicar y enseñar la Palabra de Dios al costo
que sea. Las adversidades nunca pudieron detener el ímpetu de este corazón apasionado
y bravo por Jesús.
Xabier, ¡Vive lo que cree, irradia lo que predica! ¡Está
convencido de que evangelizar, antes que hablar, es ser!!
Pikaza renunció a los ministerios y a la vida religiosa
institucional, descubriéndome así cristiano a secas, y se encontró a Mabel (y
ella le encontró a él) e hicieron un proyecto de vida en matrimonio, casados
por la Iglesia, en la que quieren estar y están gozosamente.
Xabier Pikaza conoce muy bien a Dios y entiende
perfectamente los signos de los tiempos. Sus palabras y sus escritos son un
desafío - incómodo muchas veces - en medio de una Iglesia indiferente, apática,
en medio del pecado que abunda, en medio de la tibieza, en medio del confort de
una iglesia jerárquica cómplice del sistema opresor que produce oprimidos y
deprimidos en serie.
Es importante que, en
este mundo trivializado y gris, sin utopías ni ilusiones encontrar a personas
como Xabier Pikaza, que, por su modo de ser, comuniquen luz y ánimo para que
podamos ser humanos y cristianos. A estas personas hay que buscarlas como se
busca una perla preciosa y el agradecer a Dios el haberlas encontrado. Teólogos
como Pikaza, Meier, Joachim Jeremías, Bonhoeffer, Castillo… son este tipo de
personas y teólogos que no siendo en “todo perfectos “se muestran humanos y
comunican dignidad, esperanza, amor y sentido de la vida.
A Xabier Pikaza le gusta decir que es un "católico
sin más" pero es un teólogo de referencia con más de 70 libros publicados.
A los jerarcas Se les llena la boca hablando de
"testigos creíbles" del Evangelio. Pero, cuando tienen uno delante,
no lo reconocen ni lo valoran. Es la eterna paradoja de esta nuestra
institución que persigue y apedrea a sus profetas. ¡Quizás no pueda ser de otra
forma! Xabier Pikaza es una bendición para el mundo y para la Iglesia. La
Iglesia (jerarquía incluida) le debe un homenaje.
A los pocos días de la llamada, le telefonearon de Madrid
y le comunicaron que el Papa le esperaba el día 19 en la misa que él celebra
cada mañana en la capilla de Santa Marta.
El diálogo telefónico tuvo su continuación en un encuentro
cara a cara entre el Papa y el teólogo en el Vaticano. Fue el 19 de marzo de
2018 y la “rehabilitación” de José María Castillo fue completa.
Pero lo más importante que le dijo fue una cosa que, en
la práctica, venía a neutralizar la prohibición del Papa Juan Pablo II.
Exactamente lo que él le dijo fue: “Le agradezco lo que usted está
escribiendo y publicando. Le ruego que no deje de escribir y publicar porque le
hace mucho bien a la gente”. Esas fueron exactamente sus palabras.
Así pues, tenemos ejemplo de muchas personas
incomprendidas en la Iglesia como por ejemplo San Isaac de Nínive.
Isaac el Sirio,
conocido también como Isaac de Nínive, vivió durante la segunda mitad del siglo
VII en regiones hoy pertenecientes a los estados de Qatar, Irak e Irán. Fue
monje (ihidaya) y obispo –ordenado entre el 676 y el 680- de la iglesia
sirio-oriental, que permanecía, por razones política más que teológicas, fuera
de la comunión con las otras iglesias cristianas desde la mitad del siglo V.
Cuando, por tanto, Isaac nace, su iglesia no estaba en comunión canónica con la
comunidad cristiana del imperio romano. Nuestro “padre”, por tanto, nos
viene de una tradición eclesial particular y no siempre vista con ojos
benévolos por las otras iglesias. Si bien su enseñanza ha sido siempre
escuchada y apreciada: él es expresión de una santidad por todos reconocida y
que se nos transmite de todas partes. Por esto, Isaac representa para nosotros
aún hoy un desafío, lanzado a nosotros por aquel mismo Espíritu Santo que obró en
él. El desafío viene justamente por su origen unido a su santidad: una santidad
que va más allá que nuestros cercos teológicos y que pone en discusión nuestros
límites demasiados precisos y seguros.
Isaac es por tanto una voz que viene de las afueras del coro,
pero que ha sabido hacerse apreciar por todas las tradiciones cristianas,
constituyendo en esto un caso probablemente único, ya que ningún Padre de la
Iglesia, de oriente o de occidente, jamás ha sido tan leído y apreciado de modo
tan amplio y ecuménico por todas las tradiciones cristianas: por las antiguas
iglesias orientales precalcedonenses (sirio-occidentales, coptas y etiópicas );
por las iglesias de tradición bizantina, donde los escritos de Isaac fueron
traducidos rápidamente al griego y al árabe, y también al georgiano, eslavo y
rumano; por las iglesias occidentales, donde el Ninivita fue traducido al
latín, desde el griego, probablemente ya en el siglo XII-XIII, y de aquí,
algunos decenios más tarde, al italiano, francés, castellano, catalán y
portugués . Por todos lados él se ha vuelto uno de los pilares de la
espiritualidad cristiana y sobre todo monástica, alimentando varios momentos
cruciales de renovación y renacimiento.
También tenemos el ejemplo de San Jerónimo. Jerónimo,
que escribía con gran elegancia el latín, tradujo a este idioma toda la S.
Biblia, y esa traducción llamada "Vulgata" (o traducción hecha para
el pueblo o vulgo) fue la Biblia oficial para la Iglesia Católica durante 15
siglos. Únicamente en los últimos años ha sido reemplazada por traducciones más
modernas y más exactas, como por ej. La Biblia de Jerusalén y otras.
Casi de 40 años
Jerónimo fue ordenado de sacerdote. Pero sus altos cargos en Roma y la dureza
con la cual corregía ciertos defectos de la alta clase social le trajeron
envidias y rencores. Él decía que las señoras ricas tenían tres manos: la
derecha, la izquierda y una mano de pintura... y que a las familias
adineradas sólo les interesaba que sus hijas fueran hermosas como terneras, y
sus hijos fuertes como potros salvajes y los papás brillantes y mantecosos,
como marranos gordos...). Toda la vida tuvo un modo duro de corregir, lo cual
le consiguió muchos enemigos. Con razón el Papa Sixto V cuando vio un cuadro
donde pintan a San Jerónimo dándose golpes de pecho con una piedra, exclamó:
"¡Menos mal que te golpeaste duramente y bien arrepentido, porque si no
hubiera sido por esos golpes y por ese arrepentimiento, la Iglesia nunca te
habría declarado santo, ¡porque eras muy duro en tu modo de corregir!".
Así pues, Jesús no suspendió a nadie, ni a los paganos,
ni a los samaritanos, ni a los pecadores, ni a los publicanos, ni a las
prostitutas. Porque Jesús vio que el Evangelio no se enseña suspendiendo a los
malos alumnos, sino mediante la bondad con todos.
Tenía razón José
Mª Castillo cuando afirmaba: “Jesús no vino a fundar una Religión, sino a poner
en marcha una forma de Vida basada en el Amor. Eso es el Evangelio”
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