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Jesús dijo que lo contrario a Dios es un dinero absolutizado

 

Hace pocos días salía a la luz el vídeo del último trabajo musical de C. Tangana y Nathy Peluso que ambos artistas grabaron en la Catedral de Toledo. En el vídeo, llamado por sus autores ‘Ateo’, Tangana y Peluso bailan bachata en el interior de este templo, algo que ha sido considerado ofensivo por muchos fieles que se cuestionan sobre la autorización para la grabación de este tipo de escenas en la Catedral de Toledo.

Muchos fieles se plantean dudas sobre qué cantidad de dinero se pagó a la Catedral de Toledo por permitir la grabación de este videoclip que en apenas unos días supera los 4 millones de reproducciones en Youtube.

El Deán de la Catedral Primada de Toledo confirmaba a InfoCLM que el precio por permitir esta polémica grabación “se trata de 15.000 euros”. Otras fuentes extraoficiales señalan que la cantidad que se pudo llegar a pagar oscilaría entre los 20.000 y 30.000 euros, y el Arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, lamentaba “profundamente” la grabación del vídeo clip de C. Tangana y Nathy Peluso en el interior de la Catedral Primada de España y pedía perdón a todos los fieles laicos, consagrados y sacerdotes “que se han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado”.

 ¿La raíz del escándalo dónde está? ¿En un baile en el templo? El mismo rey David danzó “alegre” y vestido con un traje blanco de lino enseñando sus atributos ante el mismo Arca de la Alianza. Quizás el problema sea la sensualidad que acompaña al baile. Y ahí radica el problema. ¿Hubieran admitido un baile clásico? ¿Una coreografía de chicas vestidas decorosamente para la ocasión? ¿Un baile religioso de ahora?

Sin embargo, la Iglesia cree y ha hecho creer, sin un solo estudio que así lo demuestre, que la mayoría de sus consagrados son sexualmente abstinentes y viven de manera ejemplar su castidad.

Los comportamientos sexuales impropios de los consagrados vienen dejando como consecuencia miles de menores abusados, miles de hijos y madres ocultos en el anonimato, miles de millones de dólares pagados en indemnizaciones por la Iglesia a víctimas y centenares de investigaciones y juicios en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Italia, España, Australia, Argentina y Chile. Pero, probablemente, lo más aplastante sea la pérdida de confianza de los fieles y de la sociedad en la Iglesia y su clero

Es una pena que se rasguen vestiduras por el vídeo Click al que por cierto se le ha dado plena popularidad. El verdadero escándalo sigue siendo la feminidad y el cuerpo femenino al que no descargamos de los rasgos demoniacos.

El verdadero sacrilegio es que seguimos mirando hacia un lado ante las atrocidades contra los más desfavorecidos que son verdaderos templos de Dios no construidos por manos humanas.

Supongo que más de uno de los retratados en la sala capitular y sacristía habrá sonreído al ver a tal “ángel” caído del cielo.

Y también podemos hablar y reflexionar sobre la letra. Algunas canciones religiosas son más provocativas que las del vídeo.

Por cierto, ninguno de esos que piden la cabeza del Deán suelen levantar la voz ante las injusticias, los tejemanejes inmobiliarios eclesiales, la pederastia, el abuso de poder. El uso casi esclavizante de muchas órdenes religiosas femeninas. Y lo curioso es que de esto no se habla.

La Iglesia española tiene un problema grave. Demasiados boquetes van a terminar por abrir una brecha en el dique de contención

Hace diez años que el papa Benedicto XVI eliminó el limbo para los recién nacidos que morían sin bautizar, pero no para los millones de euros que recaudan por las entradas a monumentos y otras actividades mercantiles de la Iglesia.

La Iglesia cobra por todo, por ponerle una velita a la Virgen, por visitar la Capilla Sixtina y hasta por una botella de agua mineral en pleno mes de agosto, lo que choca abiertamente con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras y con aquello de dadle de beber al sediento. Los curas regentan bazares de souvenirs junto a todo templo de interés histórico artístico haciendo buena aquella cita de Robert Burton: “Ahí donde Dios tiene un templo, el demonio levanta una capilla”.

La afición de la Iglesia a poner su dinero bajo el sol que más calienta viene de antiguo y ha hecho que sobre ella caiga algún inesperado chaparrón. El más sonado fue, sin duda, el escándalo de Gescartera, la agencia de valores intervenida en 2001 por defraudar a sus clientes después de ofrecerles altas rentabilidades. Unos veinte millones de euros perdieron las instituciones religiosas que confiaron en ella.

La riqueza verdadera de la Iglesia no son unas propiedades de tierras y fincas, de edificios y de catedrales/museos. La riqueza de la Iglesia es su generosidad (vende lo que tienes…) y su solidaridad (dáselo a los pobres), en clave de experiencia más alta de gratuidad y misterio (ven y sigueme). Constituye un escándalo que el cardenal Rouco  ocupe una vivienda propiedad de la diócesis valorada en más de dos millones de euros incluidas las obras; que el lujo y el derroche constituyen un antitestimonio que parece intencionadamente querer provocar los ejemplos de sencillez y austeridad del Papa.

En todo caso sorprende que la Iglesia posea viviendas de estas dimensiones y con unos valores elevados, además de hallarse vacíos y sin utilidad social que lo justifique.

El hecho produce el rechazo de todos los fieles, muchos de los cuales contribuyen con sus colaboraciones económicas al sostenimiento de la Iglesia, pero que se escandalizan al ver lo que se predica, pero en su patrimonio haya tanta riqueza que nada tiene que ver con la doctrina de Jesús.

Afirma Xabier Pikaza:” Algunos se lamentan y hablan de la descristianización de occidente. Pues bien, pienso que es hermoso y bueno que haya sido así. No habíamos gozado la gratuidad, sino invertido con técnicas de sistema o mercado. Ciertamente, muchísimas personas de la administración eclesial han sido y son ejemplo de honradez personal y eficacia. Pero el sistema eclesial ha tendido a convertirse en mercado de inversiones y seguridades sacrales, poderes e influjos, al servicio de un Dios al que habíamos identificado con un tipo de administración cristiana. Por eso, es bueno que ese sistema esté fallando, desde una perspectiva de evangelio: parece normal que gran parte de los antiguos creyentes de este final del Segundo Milenio estén dejando la estructura eclesial y no quieran ser cristianos en la forma antigua” “Ciertamente, la iglesia actual habla de oración, pero a veces parece que le tiene miedo. La mayoría de los templos cristianos de occidente se han cerrado o son para turistas. Muchos orantes buscan recetas o modelos orientales, como si la fuente de misterio de la iglesia su hubiera secado: no hay apenas varones contemplativos; las admirables mujeres de las grandes tradiciones monacales (benedictinas, franciscanas, carmelitas) viven cerradas en clausuras legales, bajo el dominio de clérigos no orantes y su influjo no parece grande en el conjunto de la iglesia…

Pues bien, este es un tiempo para que los grupos de cristianos sin cura externo se animen a celebrar por sí mismos, desde el evangelio” añade

El mismísimo papa Francisco,  ha condenado más de una vez con dureza la corrupción y el pago con dinero negro, advertía a las instituciones católicas que quieran convertir los conventos en hoteles o albergues para ganar dinero, “paguen sus impuestos porque en caso contrario el negocio no es limpio”. Su mensaje es coherente con la actitud del Jesús de los tobillos sucios que decía: “No podéis servir a Dios y al dinero” (Evangelio según san Lucas 16, 9-15). Pero a años luz de la jerarquía católica en España, con la complicidad de los poderes públicos que prefieren mantener estos ingresos millonarios en el limbo en lugar de fiscalizarlos. Porque no se trata de moral religiosa sino de ética democrática.

Nos hallamos ante la necesidad de reconstruir la “iglesia derrumbada”, como le pidió Dios a Francisco de Asís… y como de manera mucho más original e intensa profetizó Jesús, cuando anunció la caída de aquel templo de Jerusalén (¡cueva de bandidos!) para que la casa de Dios pudiera ser espacio de oración y encuentro para todas las naciones.

La Iglesia quiere mantener los textos del Nuevo Testamento, pero se ha levantado un inmenso edificio, y no todas las actuaciones responden a lo que Jesucristo hubiera querido. Si la Iglesia no se reforma, muere.

"Ir a misa con el arzobispo es lo más parecido a ir a un mitin de Abascal", declaraba el portavoz de IU en Gijón, Aurelio Martín, comparando las palabras del prelado con las del líder de VOX. De hecho, no es la primera vez que las tesis de la ultraderecha coinciden con las del polémico arzobispo de Oviedo.

El poder fue la tercera tentación que rechazó Jesús. La Iglesia debía tener el mínimo indispensable de estructura y el máximo de libertad pero tengo la impresión de que es al revés.

Hace casi 40 años Karl Rahner escribió un artículo que se titulaba ¿Vamos hacia el gueto? Pues parece que sí, que vamos hacia el gueto.

La iglesia no puede limitarse a anunciar la Palabra, suscitar adhesión a la fe y convertirse en una iglesia de rebaños, de masas, o de gente no convertida, sino que debe buscar la transformación de la persona y de la historia por la fuerza del Espíritu.

Tiene razón González Faus cuando afirma: “Para llenar plazas basta con dinero, organización y unos cuantos autobuses. La pregunta es si eso no es como la espuma que llena el vaso de cerveza y cuando baja no queda nada. Más que la espuma, la imagen evangélica sería la semilla que crece”

Comentarios

  1. Muy bueno, pero no se van a dar por enterados, sino que te condenarán al "infierno eterno"

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