España es un Titanic con capitanes incompetentes y pasajeros aplaudiendo y haciéndose selfies con el iceberg
España es un Titanic con capitanes incompetentes y pasajeros
aplaudiendo y haciéndose selfies con el iceberg, afirma Pérez Reverte
Este jueves ha sido uno de los días más vergonzosos de la
historia reciente de España.
Hemos podido ver cómo
la alianza del sanchismo con el separatismo nos ha convertido en el hazmerreír
del mundo tras la vuelta de Puigdemont a Barcelona.
El prófugo se ha paseado por la Ciudad Condal, ha dado un
discurso de cinco minutos televisado en directo, y ha vuelto a desaparecer.
Y los Mozos de Escuadra a por uvas. O peor, lo tenían
pactado con Puigdemont y le han dejado hacer lo que ha querido.
El espectáculo que dieron este jueves los independentistas
en Barcelona es vergonzoso. ¡Nos convierte en un país bananero y triste!
La investidura de Salvador Illa ha quedado eclipsada por un hecho insólito. Casi siete
años después de su huida de España, en un maletero, el "expresident" Carles
Puigdemont ha reaparecido en Barcelona y ha protagonizado un mitin en el Arco
del Triunfo de la Ciudad Condal, a plena vista de los Mossos d'Esquadra.
Accedió a España sin ser detectado y ha desaparecido con un aura de misterio
propia del género novelesco. Pero al Gobierno nada de esto le parece digno de
mención.
La no detención de Carles Puigdemont tras su fugaz reaparición
en Barcelona –con mitin incluido– puede tener consecuencias judiciales para
quienes han obviado el cumplimiento de la orden judicial y los que hayan
auxiliado al expresidente de la Generalitat a fugarse de nuevo.
De momento, Vox ya se ha querellado por cuatro delitos
–omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento, desobediencia y
denegación de auxilio a la autoridad judicial y prevaricación– contra el
conseller de Interior, Joan Ignasi Elena; el responsable del operativo policial
y todos a aquellos que hayan auxiliado al líder independentista a sustraerse a
la acción de la Justicia.
Una denuncia que se une a la querella que también ha
presentado Hazte Oír –en su caso contra Pere Aragonès y contra el director
general y el jefe de los Mossos, Pere Ferrer y Eduard Sallent, respectivamente–
por omisión del deber de perseguir delitos. Y según fuentes de la asociación
ultima ya otra querella contra el ministro del Interior, Fernando
Grande-Marlaska.
Respecto a esa presumible inacción policial, las fuentes
jurídicas consultadas muestran su sorpresa por el hecho de que el pasado
miércoles se preparase «en un espacio público» el escenario donde iba a
intervenir Puigdemont «bajo la supervisión de la Policía». Esas mismas fuentes
califican de «esperpento» la «operación Jaula» puesta en marcha por los Mossos
en las salidas de las autopistas de Barcelona «más de media hora después de que
Puigdemont se pierda de vista y en la frontera más de una hora más tarde, es
decir, con tiempo suficiente para no detenerlo».
«Como poco –añaden– se trata de una pasividad
colaborativa, e incluso una prevaricación si se han dado órdenes en ese
sentido. Ayudar a un fugado a que se siga fugando e incumplir órdenes
judiciales de detención es delito. Ahora se trata de saber quiénes han ideado,
acordado, ordenado y ejecutado el delito o delitos».
«Sorprendido y estupefacto». Así asegura encontrarse el
magistrado Fernando Portillo, presidente de Foro Judicial Independiente.
«Una de las exigencias para no ser un Estado fallido –asegura– es que haya
eficacia policial y judicial y hoy (por ayer) delante de toda la ciudadanía y
del resto de países europeos hemos dado un paso atrás en esa dirección».
Portillo hace hincapié en relación a la orden de
detención de Puigdemont que las resoluciones judiciales «están para
obedecerse», algo «básico en un Estado de derecho». Y aunque asume que si
el líder independentista «estaba en un acto público rodeado de cientos de
personas razones de orden aconsejaban no llevar a cabo la detención en ese
instante». Pero posteriormente, añade, «tan vigilado como estaba por las
Fuerzas de Seguridad y siendo objetivo de decenas de cámaras de televisión y de
teléfonos móviles, no se entiende que se haya escabullido sin más, dejando sin
cumplirse una resolución judicial».
Puigdemont en su primer discurso público en Cataluña desde
que hace siete años huyese a Waterloo infló su desafío al Estado y animó a los
suyos a "seguir juntos" en busca de "nuevas oportunidades"
para perseguir la independencia. "Tiene que volver a la política aquello
que no debería haberse marchado de la política". "Pase lo que pase,
cuando nos volvamos a ver, espero que podamos volver a gritar “viva Cataluña
libre”, lanzó.
Así las cosas, España esta en una situación muy
complicada y los españoles pagaremos un coste altísimo porque estamos en manos
de un absoluto irresponsable, acompañado por chavistas, por comunistas y por
separatistas. El programa de Sánchez es el de Podemos. No hay ninguna ley
de este Gobierno que sea socialdemócrata. Son todas comunistas, importadas de Cuba y Venezuela para controlar la sociedad. La cultura de la cancelación
es propia del comunismo, Podemos la importa, y el PSOE lo asume cuando llega al
poder.
En plenas protestas en Cuba contra el régimen castrista, las
redes sociales han echado mano de la hemeroteca para recordar que tres de los
cinco ministros de Unidas Podemos del Gobierno ensalzaron en su día a Fidel
Castro.
Una de las que lo hizo fue nada menos que la actual vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Yolanda Díaz, que, en 2016, con motivo de la muerte del dictador, escribió en su cuenta de Twitter que Castro fue «uno de los imprescindibles del siglo XX», «un revolucionario» y alguien con quien «caminaron y caminarán los pueblos».
También la ministra de Igualdad, Irene Montero,
felicitaba en su día el cumpleaños al histórico dictador comunista. Aunque la
titular de Igualdad borró aquellos mensajes hace tiempo, los tuiteros no
perdonan y se han ocupado de conservarlos. Montero escribió en 2013, entre
otras cosas, que Castro «encarna la dignidad de la lucha de los oprimidos».
Tampoco se queda corto el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que hizo en su día unas declaraciones en las que señalaba que «los valores y principios de Fidel Castro son unos valores y principios que tenemos que seguir defendiendo».
La palabra más repetida es bochorno por la
actitud irresponsable e infantil de un presidente del Gobierno que ha
dilapidado lo último que le quedaba, su imagen internacional. Lo que está
tragando Sánchez para seguir en el poder, las humillaciones continuas, son
inéditas.
Vamos a un año crucial en el que se decide si somos una
democracia europea o una dictadura bolivariana. La diferencia con los procesos
bolivarianos en América es que aquí existe un partido de oposición muy fuerte,
el PP, y unas instituciones judiciales que se han puesto en pie con
contundencia. Por eso el sanchismo va contra los jueces. Es lo que marca su
camino hacia la dictadura.
El PSOE no puede permitir que esto suceda. Es un partido
que, mejor o peor, ha gobernado España durante casi veinticinco años, y no
puede permitir que un Gobierno a la deriva termine devorado por la deriva
comunista, que empobrecería a la población española y mermaría sus libertades.
Pero no sólo es el Gobierno responsable. También lo es
una sociedad anestesiada con altas dosis de inconsciencia e ignorancia. Y
mientras, desde la oposición, el Partido Popular intentando encontrar la
identidad perdida, y Vox haciendo el juego a Pedro Sánchez dividiendo el voto
del centro derecha. ¡Sálvese quien pueda!
Estoy totalmente en desacuerdo....
ResponderEliminarEs necesario llegar a acuerdos...
La, dignidad de todos esta en juego