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Yolanda Díaz acepta el discurso oficial del chavismo

Irene Montero le pide a la derecha «respetar» los resultados «también cuando se pierde»

Yolanda Díaz también reconoce los resultados alegando que «es lo que hacen los demócratas»

Después de años negando sus vínculos y simpatía con el chavismo, y mientras Juan Carlos Monedero se ha dejado ver participando activamente en actos electorales de Nicolás Maduro, Podemos ha pedido este lunes «respeto» por los resultados en Venezuela: «La derecha debe entender que la democracia se respeta también cuando pierde», ha defendido Irene Montero, un reconocimiento al que también se ha unido la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Podemos se suma a los gobiernos de Rusia, China y Cuba y acepta el discurso oficial del chavismo, que se ha autoadjudicado la victoria de las elecciones, mientras que la comunidad internacional y la oposición, liderada por María Corina Machado, denuncian un «fraude» electoral.

Maduro seguirá en el poder «como Putin o Lukashenko» Podemos e Izquierda Unida también rechazaron condenar al dictador bielorruso Lukashenko en el Parlamento Europeo por encarcelar a presos políticos, perseguir al colectivo LGTBI o internar a miles de niños ucranianos en campos de “rusificación”. Los aliados de Sumar han sido los únicos eurodiputados españoles que no han apoyado esta resolución europea contra los crímenes del principal aliado de Vladímir Putin.

No debemos olvidar que Echenique admitió haber tenido un asistente durante un año sin contrato: "Soy consciente de no haberlo hecho bien" Así lo aseguraba en una rueda de prensa en Madrid, al ser preguntado por la información publicada por El Heraldo de Aragón, recogida por Europa Press, sobre la situación irregular en la que se encontraba su empleado, que acudía a su domicilio para ayudarle en sus tareas personales durante una hora.

La dictadura funciona así. En ocasiones abre el puño, dejando que el oxígeno penetre en los pulmones de la sociedad, que los jóvenes se aireen en las calles, que los periodistas escriban sus crónicas y que los disidentes anuncien sus campañas desde sus minúsculas oficinas de las afueras. Pero siempre, si uno presta atención, verá entre la multitud señores de chaqueta de cuero fumándose un cigarrillo y tomando notas en una libreta o sacando fotos desde vehículos de lunas tintadas. Son los agentes del KGB, que fichan las mejores y más relucientes mazorcas de trigo para luego cercenarlas cuando llegue el momento: cuando el puño vuelva a cerrarse.

Los comunistas son muy amigos de utilizar los medios de la democracia. Cuando hay un proceso electoral, ellos se presentan sin dudarlo por un solo segundo, para competir con los candidatos de otras corrientes; y aprovechan al máximo las posibilidades que pueden obtener de su participación electoral. En su propósito de venderse bien, llegan a negar que son comunistas, y se victimizan cuando se les señala como tales. Por si eso fuese poco, se declaran demócratas.

Sin embargo, hay que ver cuán difícil les resulta a los comunistas condenar a las dictaduras.

Los comunistas están haciendo lo posible y lo imposible también para quitarse de encima a la democracia, porque esta les molesta y les estorba. Poco a poco la han ido infectando ideológicamente. En paralelo, le han infundido terror, a través de una despiadada violencia que ha cobrado miles de víctimas pobres entre los miembros de nuestra sociedad. A su vez, han ido entrando en sus instituciones.

En España hay partidos que apoyan a algunas de esas dictaduras, y uno de ellos es Podemos.

Lo que Podemos intenta es blanquear uno de los movimientos políticos más monstruosos y criminales que ha conocido la historia, y cuando un partido político intenta blanquear algo así, lo único que cabe suponer es que forma parte de ese movimiento y pretende imponer en España lo que el comunismo ya impuso en otros países: terror, opresión, miseria y muerte.

Así, pues, está claro que a los dos dirigentes de Podemos les ha cambiado la vida en los últimos años. Como es sabido, Montero había trabajado como cajera y, mientras hacía la tesis en Psicología Educativa, la política llamó a su puerta y cambió la Academia por el Congreso. Por su parte, Echenique era (y sigue siéndolo en excedencia) investigador del CSIC en el Instituto de Química Física Rocasolano cuando fue elegido eurodiputado por Podemos en 2014. Apenas pasó unos meses en el Parlamento Europeo para después pasar a las Cortes de Aragón. En 2019, fue elegido diputado, convirtiéndose además en portavoz de los morados en la Cámara Baja.

El resumen de las cuentas de Irene Montero figura en la declaración de bienes y derechos patrimoniales que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en 2021: bienes inmuebles por valor de 335.049,49 euros; 107.420,33 euros en depósitos y cuentas bancarias; y 187.500 euros en concepto de seguros de vida y planes de pensiones. Por otra parte, su pasivo (sus deudas) asciende a 231.156,50 euros.

Echenique tiene dos viviendas en propiedad, una en Zaragoza y otra en Madrid, tasadas en 121.146 y 165.448 euros respectivamente. También acumula 83.639,23 euros en dos depósitos bancarios. Asimismo, cobra 3.569,03 euros de prestación de dependencia y, en 2019, ingresó 5.890,06 euros por la venta de criptomonedas. En el pasivo, el montante de sus dos hipotecas asciende a más de 213.000 euros.

El piso de la ministra de Trabajo, en su denigrado Madrid, es el más grande de todos los que ocupan los ministros del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Cuenta con 445 metros cuadrados y se encuentra dentro del propio Ministerio de Trabajo y Economía Social, en el paseo de la Castellana.

Yolanda Díaz se pronunciaba en estos términos sobre el dictador chavista: “reconocemos en él al más digno libertador. Chávez ha retomado el sueño de la unidad de los pueblos de América. El “acuerdo del Alba”, UNASUR, la CELAC, proyectos de emancipación que hoy son ya una realidad gracias al liderazgo del compañero Hugo Chávez”.

Toda una declaración de comunismo radical que choca ahora con el nivel de vida de Yolanda Díaz. Mucho ha cambiado la vida de la gallega desde aquel septiembre de 2012 en el que la vicepresidenta presidía la asamblea de Izquierda Unida. Su cuenta corriente ha aumentado algunos ceros, al tiempo que los gastos se han congelado.

El discurso populista, influenciado por el marxismo, se articula a partir de la igualdad material.

«Siempre es una élite la que reemplaza a otra», advierten Kaiser y Álvarez: «A lo sumo se puede decir que el populismo socialista ha logrado cierta igualdad, pero una igualdad en la miseria». La consecuencia de este igualitarismo es la corrupción: Transparencia Internacional sitúa a Venezuela al nivel de países como Haití y Corea del Norte.

 

 

 

 

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