Señor Mato, deje de poner palos en las ruedas…
«Temos que repoñer a riqueza arbórea que tivemos no
pasado, incorporar as árbores aos entornos urbanos, dotar de zonas verdes os
barrios da Magdalena, Inferniño, Esteiro ou Ultramar e mellorar as zonas libres
de tráfico. Desde a chegada do PP ao goberno, o medio ambiente urbano empeorou
notablemente, todas aquelas decisións que se tomaron van xusto en contra das
políticas ambientais que propón a Axenda Urbana e a UE».
Ángel Mato parece ser frágil de memoria y olvidar que la
apertura para caminar y hacer deporte del tramo del paseo de A Malata permanecía
cerrada durante su mandato por motivo de las obras de saneamiento dejando en el
paisaje urbano una imagen de árboles talados que llamaba la atención de los
viandantes, críticos con esta corta discriminada, sin haber barajado el
replantado en otros espacios.
El Concello de Ferrol confirmaba esta tala, señalando que
eran conocedores de esta medida, ya que el proyecto de Augas de Galicia
contemplaba la eliminación de ejemplares arbóreos de la zona del paseo.
Según explicaron fuentes municipales, parece que la
actuación ejecutada no podría realizarse
de otra forma y, en este sentido, el Concello argumentaba que, “si no hay
más remedio, debe hacerse si lo requieren las especificaciones técnicas. Aun
así, afirmaba que se espera que la zona recupere pronto su aspecto”
La organización ecologista Adega también mostraba su
«preocupación pola política» del Concello de Ferrol sobre la «masa arbórea» de
la ciudad, que ha tachado de «política de meter a motoserra e cortar polo san á
mínima oportunidade».
«Sería bo que o Goberno do PSOE se preguntase o porque desta
situación e se terán algo que ver no estado da nosa masa arbórea as políticas
de conservación e coidado que se están aplicando no concello», afirmaba
Por ello, afirmó que no «comprendemos como non baralla a
opción de transplantar estes exemplares a outros lugares da cidade ou a súa
contorna, onde non supuxesen ningún perigo para a cidadanía». La asociación pedía
al gobierno de Ángel Mato y a «futuros gobernos da cidade que cambien a
política de coidados da masa arbórea».
El Ministerio que anunció
el proyecto en todos los medios: «Humanización de la avenida de As
Pías». Y así se esperaba con ansia desde hacía años, al menos los que Vivian
en la zona. Parecía todo perfecto:
convertir la carretera en un bulevar, con semáforos, aceras, carril bici, zonas
verdes…
Sin embargo, se procedía al talado salvaje de árboles
a ambos lados de la carretera, sin aviso ni noticia en ningún medio. La calle
Santa Comba, la más afectada, se quedaba sin una hilera de preciosas especies
que llenaban de color los días de otoño, y de sombra en verano. También se talaron
árboles al otro lado, en la avenida de Bazán…
Tres árboles de la calle Real también fueron talados dentro
de los trabajos de remodelación de la plaza de Armas. Se trata de ejemplares
dispuestos en la manzana peatonalizada en este mandato, que se intercalaban en
alcorques entre las plazas de estacionamiento en línea que existían cuando se
podía circular por este tramo.
José Manuel Rey Varela, denunciaba a través de su canal
en Whatsapp esta actuación: «Buenos días, aunque comiencen con la triste
imagen de la tala de los árboles de la plaza de Armas». Y prosiguió:
«Democrático, porque lo decidieron los 13 concejales de Ferrol en Común, PSOE y
BNG, pero no lícito a 18 días de que hablen los ferrolanos y puedan pasar
página a estos cuatro años de parálisis, con el cambio que nosotros proponemos,
con el aval de lo que ya hicimos». Desde el gobierno local, de Ferrol en Común,
se argumentó que estaban enfermos, por hongos y pudriciones debido a los golpes
recibidos por los coches al estacionar…
Se dice que alguien pone "palos en las ruedas" cuando
pone trabas a algo que él mismo ha propuesto. ¡Sólo por joder!
El dicho “poner palos en las ruedas” de alguien es un
proverbio antiguo y no solo español. Lo representó en el siglo XVI el pintor
holandés Pieter Brueghel el Viejo en un óleo sobre tabla titulado "Los
proverbios flamencos", que incluye en una compleja y colorida escena otros
proverbios, algunos empleados todavía en la actualidad.
“Poner palos en las ruedas” de alguien significa poner
dificultades importantes en la actividad de otra persona o institución para
impedir que alcance sus objetivos o dificultar su avance hacia ellos. Aunque
claramente egoísta, este tipo de comportamiento tiene una explicación, pero no
justificación ética: al obstaculizar o impedir el progreso del que es percibido
como rival en la carrera, por comparación, uno sale favorecido. Porque las
comparaciones sociales resultan inevitables hasta cierto punto, pues responden
a la tendencia a evaluarnos por comparación con otras personas.
En lugar de la cooperación o de practicar una competición
limpia y noble, y siempre teniendo como fin el bienestar de la comunidad, se
opta con frecuencia por poner zancadillas al competidor. El caso es ganar para
alimentar o inflar la autoestima individual o del grupo, aunque la estrategia
se limite a que otros pierdan, a reducir o aniquilar al adversario. «Si el otro
pierde, yo gano»; un mérito hueco y perverso. Si las zancadillas en el fútbol
llevan aparejada la tarjeta roja, en la vida política son las personas quienes
deben actuar de árbitros y no dejar impune el juego sucio.
Poner palos en las ruedas ajenas o en las propias, es
decir, obstaculizar el avance de los demás o perjudicarnos a nosotros mismos.
Una muestra de los pobres ardides que a veces se utilizan para mantener la
autoestima, pero una práctica contraproducente y sin sentido. En lugar de poner
palos en las ruedas, ajenas o propias, es preferible y necesario no dañarlas,
incluso engrasarlas y cuidarlas, para que así avancemos hacia una sociedad
integrada por personas con una autoestima sana y solidaria.
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