Ferrol en Común da señales de vida…
La primera sobre el uso de la pornografía y la segunda para defender
los derechos de colectivo LGTBI+ y no dar ni un paso atrás….
Hablando de Derechos Humanos, sería bueno recordarle
al Señor Suárez que los días 27 y 28, de abril del 2018 celebramos en Ferrol un
curso sobre Los Derechos humanos a lo largo de la Historia, impartidos
por dos expertos internacionales, Xabier Pikaza Ibarrondo y Roberto Badenas. El
curso se celebró en un local de que es propiedad del obispado católico
de Mondoñedo-Ferrol, que se implicó de esa forma en la organización y
desarrollo del curso, al servicio de la sociedad en general. Mientras el Señor
Suárez ponía palos en las ruedas para conceder el uso de los locales del
Concello… Por cierto, aquellas jornadas resultaron todo un Éxito con el aforo
del salón de actos de la residencia de ancianos totalmente abarrotado.
Hay individuos que se hacen llamar políticos, con escasa
habilidad y conocimientos, y que sufren de un sentimiento de superioridad,
considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo
incorrectamente su capacidad por encima de lo real. ¿No les suena de algo?
Estos insufribles negociadores son incapaces de reconocer su propia ineptitud y
extrema insuficiencia, sobreestimando sus habilidades. La casta
política española se ha convertido en un caldo de cultivo para la proliferación
de vendedores de humo, donde los “políticos” a falta de valores, sentido común
y formación académica, se van forjando en las telarañas de sus partidos,
trepando desde lo más bajo hasta ir alcanzado el objetivo de llegar a ser altos
cargos sin tener ningún mérito excepcional. Cualquiera vale; así nos va. Porque
lo que prima para llegar a lo más alto en política es la propia incompetencia
del incompetente. Les falta de todo, pero les sobra cara dura, ambición y
arrogancia.
Los políticos descarados se aprovechan de la falta de
memoria de las personas. Se aprovechan de aquellos que vivieron los hechos
y que no recuerdan lo que pasó, así como de aquellos que no vivieron lo que
pasó y que tampoco se preocupan por informarse de lo ocurrido. Estos y otros
factores son los que explican la posibilidad de algunos de volver a presentarse
ante el electorado, a pesar que su paso por el gobierno no fue el más feliz....
Todos recordamos la entrega de mochilas azules a los
niños y rosas a las niñas sirvió para que Sestayo criticase la política “de
cambio” del ejecutivo de Jorge Suárez, denunciado la ausencia de feminismo en
ese gobierno.
También recuerdo muy bien como Jorge Suárez,
siendo alcalde insultaba a un ciudadano en las redes sociales: “ Lucifer
sigue dentro de ti, vas a tener que meterte unos grolos de agua bendita macho…”
a los que formában parte de la plataforma por la remunicipalizacion de los
servicios públicos, les llamó, viejos ociosos.
Así pues, hoy en día, la educación se ha perdido a raudales
y todo se rige por la fuerza verbal y la intimidación. De ese modo, nos hacemos
más fuertes a título individual y demostramos a quienes nos rodean de qué somos
capaces y hasta dónde podemos llegar. El grito, el insulto, la actitud chulesca
y la amenaza física y verbal se han impuesto como la mejor garantía para
someter al resto y de afianzar la personalidad dominante. Creemos que así
lo solucionamos todo, cuando en realidad contribuimos a crear una podredumbre
mental que nos lleva irremediablemente a entendernos a base de puñetazos y
patadas.
Francisco Umbral decía que en España hay políticos que
prefieren el insulto al diálogo y la palabrota a la argumentación. La
oratoria es arte muy confuso, y cuando se inflama recibe el nombre de
verborrea, enfermedad difícil de combatir. En política deben prevalecer las
palabras mesuradas sobre las palabras insurrectas. No se olvide que el alma de
la política es la palabra, y el político se sirve de ella para expresarse y
gobernar, pero jamás debe jugar con ella ni abusar de ella. Los políticos
darían mejor ejemplo al país empleando adjetivos constructivos en lugar de
epítetos chabacanos.
La tesis de que algunos políticos no sólo no son necesarios,
sino que suelen ser un estorbo es una verdad que se abre paso y que se
convertirá pronto en una certeza. Los políticos y sus partidos se empeñan
en convertir en verdad la mentira de que ellos son imprescindibles, cuando la
aspiración lógica y natural de los ciudadanos debe ser alcanzar el máximo nivel
de autogobierno o por lo menos garantizar que el gobierno intervenga lo mínimo
y que esté en manos de personas con espíritu de servicio y dotadas de valores y
principios, nunca de políticos y partidos que cada día gobiernan peor y son más
víctimas de la corrupción, la arrogancia, el abuso de poder y la ausencia de
valores.
Tenían razón los padres de la democracia moderna cuando
recelaban de los partidos y de los políticos profesionales porque tendían a
defender antes los intereses de una «parte» que los de la totalidad de la
nación. Cada día es más evidente que los partidos y sus políticos han llegado
para dividir, separar, corromper y gobernar sin justicia, equidad y eficacia. Y
también han llegado para quedarse porque no perecen dispuestos a abandonar sus
privilegios y muchos de ellos son capaces de aplastar a los ciudadanos que
protesten por sus abusos y fracasos, antes que cambiar y regenerarse.
El problema es que algunos políticos han violado y
pervertido la democracia, desactivando la mayoría de esos controles, frenos,
cautelas y contrapesos, hasta conseguir que las democracias actuales,
falseadas, sean una dictadura camuflada de partidos políticos y de
politicos profesionales. En lugar de ser el gobierno del pueblo, por el pueblo
y para el pueblo, la democracia es hoy el gobierno de la clase política, para
ellos mismos y sin el pueblo.
Cambiar el sistema significa, sobre todo, eliminar a los
políticos y a sus miserables partidos, fuentes de división, arbitrariedad,
abuso, injusticia y otros dramas para el ciudadano.
Comentarios
Publicar un comentario