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Ferrol en Común da señales de vida…

Ferrol en Común ven de rexistrar dúas mocións para o seu debate no Pleno de Ordinario que terá lugar este xoves 27 de xuño en horario de mañá. As dúas propostas están pensadas nas persoas, nos seus dereitos e o seu benestar…

La primera sobre el uso de la pornografía y la segunda para defender los derechos de colectivo LGTBI+ y no dar ni un paso atrás….

Hablando de Derechos Humanos, sería bueno recordarle al Señor Suárez que los días 27 y 28, de abril del 2018 celebramos en Ferrol un curso sobre Los Derechos humanos a lo largo de la Historia, impartidos por dos expertos internacionales, Xabier Pikaza Ibarrondo y Roberto Badenas. El curso se celebró en un local de que es propiedad del obispado católico de Mondoñedo-Ferrol, que se implicó de esa forma en la organización y desarrollo del curso, al servicio de la sociedad en general. Mientras el Señor Suárez ponía palos en las ruedas para conceder el uso de los locales del Concello… Por cierto, aquellas jornadas resultaron todo un Éxito con el aforo del salón de actos de la residencia de ancianos totalmente abarrotado.

Hay individuos que se hacen llamar políticos, con escasa habilidad y conocimientos, y que sufren de un sentimiento de superioridad, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su capacidad por encima de lo real. ¿No les suena de algo? Estos insufribles negociadores son incapaces de reconocer su propia ineptitud y extrema insuficiencia, sobreestimando sus habilidades. La casta política española se ha convertido en un caldo de cultivo para la proliferación de vendedores de humo, donde los “políticos” a falta de valores, sentido común y formación académica, se van forjando en las telarañas de sus partidos, trepando desde lo más bajo hasta ir alcanzado el objetivo de llegar a ser altos cargos sin tener ningún mérito excepcional. Cualquiera vale; así nos va. Porque lo que prima para llegar a lo más alto en política es la propia incompetencia del incompetente. Les falta de todo, pero les sobra cara dura, ambición y arrogancia.

Los políticos descarados se aprovechan de la falta de memoria de las personas. Se aprovechan de aquellos que vivieron los hechos y que no recuerdan lo que pasó, así como de aquellos que no vivieron lo que pasó y que tampoco se preocupan por informarse de lo ocurrido. Estos y otros factores son los que explican la posibilidad de algunos de volver a presentarse ante el electorado, a pesar que su paso por el gobierno no fue el más feliz....

Todos recordamos la entrega de mochilas azules a los niños y rosas a las niñas sirvió para que Sestayo criticase la política “de cambio” del ejecutivo de Jorge Suárez, denunciado la ausencia de feminismo en ese gobierno.

La polémica fue entre Sainza Ruiz y Sestayo. La polémica no se quedó en los colores y en el “sexismo” que implicarían, sino que Ruiz acusó a Sestayo de su ausencia en el acto organizado e ironizó con que si estaba “con Susana Díaz reunida co seu amigo o ditador de Marrocos que espolia ao pobo saharaui”. De “discusión estúpida” y hasta de “boba” tachó Sestayo a la concejala en una polémica que, como viene siendo casi habitual entre los políticos locales, tuvo como escenario las redes y no las palestras municipales.
Los comentarios surgieron a raíz de la despedida de los ocho niños saharauis participantes en el programa “Vacacións en Paz”, puesto en marcha por Solidariedade Galega co Pobo Saharaui (Sogaps), que fueron recibidos  en el Salón de Plenos del Concello tras la finalización de su estancia en Ferrol.

También recuerdo muy bien como Jorge Suárez, siendo alcalde insultaba a un ciudadano en las redes sociales: “ Lucifer sigue dentro de ti, vas a tener que meterte unos grolos de agua bendita macho…” a los que formában parte de la plataforma por la remunicipalizacion de los servicios públicos, les llamó, viejos ociosos.

Así pues, hoy en día, la educación se ha perdido a raudales y todo se rige por la fuerza verbal y la intimidación. De ese modo, nos hacemos más fuertes a título individual y demostramos a quienes nos rodean de qué somos capaces y hasta dónde podemos llegar. El grito, el insulto, la actitud chulesca y la amenaza física y verbal se han impuesto como la mejor garantía para someter al resto y de afianzar la personalidad dominante. Creemos que así lo solucionamos todo, cuando en realidad contribuimos a crear una podredumbre mental que nos lleva irremediablemente a entendernos a base de puñetazos y patadas.

Francisco Umbral decía que en España hay políticos que prefieren el insulto al diálogo y la palabrota a la argumentación. La oratoria es arte muy confuso, y cuando se inflama recibe el nombre de verborrea, enfermedad difícil de combatir. En política deben prevalecer las palabras mesuradas sobre las palabras insurrectas. No se olvide que el alma de la política es la palabra, y el político se sirve de ella para expresarse y gobernar, pero jamás debe jugar con ella ni abusar de ella. Los políticos darían mejor ejemplo al país empleando adjetivos constructivos en lugar de epítetos chabacanos.

La tesis de que algunos políticos no sólo no son necesarios, sino que suelen ser un estorbo es una verdad que se abre paso y que se convertirá pronto en una certeza. Los políticos y sus partidos se empeñan en convertir en verdad la mentira de que ellos son imprescindibles, cuando la aspiración lógica y natural de los ciudadanos debe ser alcanzar el máximo nivel de autogobierno o por lo menos garantizar que el gobierno intervenga lo mínimo y que esté en manos de personas con espíritu de servicio y dotadas de valores y principios, nunca de políticos y partidos que cada día gobiernan peor y son más víctimas de la corrupción, la arrogancia, el abuso de poder y la ausencia de valores.

Tenían razón los padres de la democracia moderna cuando recelaban de los partidos y de los políticos profesionales porque tendían a defender antes los intereses de una «parte» que los de la totalidad de la nación. Cada día es más evidente que los partidos y sus políticos han llegado para dividir, separar, corromper y gobernar sin justicia, equidad y eficacia. Y también han llegado para quedarse porque no perecen dispuestos a abandonar sus privilegios y muchos de ellos son capaces de aplastar a los ciudadanos que protesten por sus abusos y fracasos, antes que cambiar y regenerarse.

 El problema es que algunos políticos han violado y pervertido la democracia, desactivando la mayoría de esos controles, frenos, cautelas y contrapesos, hasta conseguir que las democracias actuales, falseadas, sean una dictadura camuflada de partidos políticos y de politicos profesionales. En lugar de ser el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, la democracia es hoy el gobierno de la clase política, para ellos mismos y sin el pueblo.

Cambiar el sistema significa, sobre todo, eliminar a los políticos y a sus miserables partidos, fuentes de división, arbitrariedad, abuso, injusticia y otros dramas para el ciudadano.

 

 

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