Para Pedro Sanz con cariño
Pedro Emilio Sanz, un hombre grande, bueno, honrado y sincero. Tú encarnas la tolerancia, la decencia, la integridad…
El reportero ha de estar en todas partes y ser bien visto por todos. Al reportero afable, de labia seductora, se le abren todas las puertas. Con las puertas cerradas, sin acceso a todos los lugares, ¿cómo podría trabajar el reportero? El reportero ha de ser diligente e inteligente. Como vulgarmente se dice, ha de cazar al vuelo. Ha de cazar el suceso, el indicio del suceso, el amago del suceso, la apariencia del suceso.
Eso escribía Azorín
en su novela Capricho en 1942. Hace una eternidad. Pero hay palabras que
siguen resonando y las palabras, con las que pensamos, es la herramienta
principal del periodista. Por eso es imprescindible lo que con demasiada
frecuencia olvidan muchos periodistas: la necesidad imperiosa de leer, leer y
leer. Y de leer buenos libros, buenos periódicos, buenas revistas…
Entre más se lea más
se vive, bien lo dijo Umberto Eco: "El que no lee, a los 70 años habrá
vivido solo una vida. Quien lee habrá vivido 5,000 años. La lectura es una
inmortalidad hacia atrás".
El trabajo periodístico requiere instinto, pericia, decisión, independencia, bagaje y perseverancia, pero también responsabilidad, prudencia y honestidad; así como sentido de la mesura y la justicia.
Un buen periodista
como tú es consciente de los riesgos de decir la verdad y, sin embargo,
continúa haciendo su trabajo. Tampoco cae en la trampa de falsas equivalencias
ni balances artificiales.
El periodismo es una profesión eminentemente pragmática que
se desarrolla en tiempos acotados. De allí que se considera que mientras antes
llegue la noticia al público mejor será. La noticia es el relato de un
acontecimiento que está en la realidad, en el espacio de lo público. Por eso
todos los ciudadanos tenemos derecho a saber. La tarea del periodista es
informar. Informar significa darle forma a lo que observamos y entendemos
acerca de lo sucedido. Cuanto antes le demos forma al acontecimiento mejor, ya
que estamos devolviéndole al público un saber que en rigor le pertenece. De
allí surge la noción de “primicia”.
¿Sabes que la palabra ya aparece en la Biblia, en el libro del Éxodo? La
primicia son los primeros frutos de la tierra. Ese significado, ese valor,
parece desplazarse a lo que significa recibir una noticia publicada antes que
nadie. El problema es que no siempre la información más rápida es la mejor
información.
Así, pues, el buen periodismo es confirmar, contrastar y
reconfirmar, porque no hay una realidad única y menos en estos tiempos donde la
desinformación está a la orden del día. “El buen periodismo es saber explicar
realidades complejas a todos los lectores, no solo a los que ya saben de lo que
les estamos diciendo. Es poner un poco de luz en aquella penumbra que siempre
se empeñan en mantener.
Saber escuchar es saber superar los preconceptos. Saber llegar sin cortapisas a las esencia de la historia que se debe contar.
"Sólo quien sabe
de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la
energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que
revela la aparición de un diario honrado y libre". Con estas palabras,
José Martí define lo que para él debe ser la ética de un periodista.
El buen periodismo es aquel que se opone al poder, que lo juzga, que lo fiscaliza y que lo pega contra las cuerdas como si estuviéramos en un ring de boxeo hasta hacerlo vomitar
“La primera
obligación del periodismo es con la verdad”: este, ni más ni menos, es el
primero de los “elementos del periodismo” enumerados por Bill Kovach y Tom
Rosenstiel. “No puede haber una ley
superior en el periodismo que decir la verdad y afear el mal”, escribe Walter Lippmann.
Pedro Sanz es un hombre de los más inteligentes, leales, comprensivos y bondadosos que uno ha conocido. Un periodista de raza, un hombre, para mí, ejemplar.
Al escribir estas líneas me hacen recordar esa reflexión tan
citada de Ryszard Kapuscinski —«para ser un buen periodista hay que ser
ante todo una buena persona»—. Una cualidad sin la cual no es posible
desempeñar la profesión más bonita del mundo, como afirmaba el genio Gabriel García Márquez. Desde hace
algunos años, este oficio ha perdido credibilidad y, muchos de sus
profesionales, el respeto de los ciudadanos. Sin embargo, aún queda esperanza y
mucho talento para sacar a flote un oficio que vela por las libertades y la
democracia. Aún quedan buenas personas
como tú, amigo Pedro.
Me parece extraordinarias las palabras sobre ese gran periodista y gran persona como es Pedro Sanz
ResponderEliminarTe lo merecías y estarás orgulloso de cómo piensan de ti Pedro
Mi más cordial ¡enhorabuena!