Seguidores

Ángel Mato y los Reyes Magos

El 4 de enero Ángel Mato Escribía  a los Reyes Magos a ver si le podían cumplir una cosa: “La transformación digital del astillero de Navantia, la construcción de ese dique cubierto robotizado que complemente el taller de subbloques, porque supone una apuesta decidida para los próximos 20-30 años de construcción naval, que sigue siendo el motor económico de la comarca entera”

Pero el presidente del PP de Ferrol, José Manuel Rey Varela, lamentó que, una vez más, el PSOE diga no a mejorar las infraestructuras más demandadas por los vecinos y el sector empresarial y los sindicatos de Ferrol y comarca. “Este miércoles en el Senado el PSOE votó en contra de la moción que defendí para demandar la construcción del dique, una infraestructura fundamental para ahorrar costes y plazos en la producción y para ser más competitivos a nivel mundial”.

Hace unas semanas la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, a una pregunta formulada por el senador José Manuel Rey Varela afirmaba el compromiso del Gobierno con esta infraestructura, y ahora la respuesta ha sido no.

Enrique Tierno Galván llegó a decir, con fina ironía (según sus partidarios) o con claro cinismo (según sus detractores) que las promesas electorales están para no cumplirse. Y ciertamente en algunos casos parecería que la frase es tomada por un axioma por algunos electos, que se dedican a hacer exactamente lo contrario de lo que prometieron en campaña electoral.

Solo desde la ingenuidad más angelical se puede creer que la verdad es una virtud de la política. La historia nos ofrece hasta la saciedad ejemplos de cómo las mentiras, las ocultaciones, las manipulaciones y las medias verdades han sido herramientas del poder desde el origen de los tiempos.

Donde dije digo, digo Diego, ese el aforismo que recoge el cambio de opinión que vemos un día sí y otro no en este país.

La mentira en política es ética y lícita dentro de ciertos límites, como parte quizá de la estrategia para llegar al poder, pero su abuso es dañino.

Los políticos constituyen el colectivo que más miente, al vivir en una selva en la que todo está permitido.

Desde que se inician en el arte de gobernar, como se decía en la Grecia clásica, se les va dotando de unas reglas para el aprendizaje de mentir, que en periodo electoral se incrementan en un 50%, y para el ataque al bando contrario

Así, pues, el juicio sobre si lo que un político dijo es verdad o es mentira queda en manos de los electores. Si los electores consideran que mintió, se tratará de una mentira ilegítima y que, al no ser aceptada por los votantes, puede suponer el final de la vida pública de un político. Aunque los políticos pueden mentir, la ciudadanía tiene la posibilidad de castigarles electoralmente si se siente engañada o defraudada.

Y si el electorado tiene claridad de que los políticos mienten, ¿por qué votan por ellos?

No es la única pregunta, pero sí una de las principales incógnitas que podrían resolver las urnas en Galicia el próximo domingo. ¿Cuántos votos resta a un partido político el descubrimiento de que miente a la ciudadanía, a su propio electorado, a su socio de gobierno… incluso a sí mismo?

Es sabido por todos que el ser humano es el único que tropieza una y otra vez en la misma piedra, por lo que desconozco lo que ocurrirá, no tengo ninguna bola mágica donde poder visualizar lo que en unos días va a suceder. Pero animo a todos, a que aprendamos de los errores cometidos en el pasado y mostremos desconfianza en estos que ahora en plena campaña electoral se pasean por esas calles de la ciudad sin haber hecho nada por Ferrol, sin tan siquiera haber escuchado las demandas de los ciudadanos.

Es evidente que este sistema político de mentiras no es rentable para nadie, solo para aquellos que tienen como único objetivo garantizarse cuatro años más a toda costa, así que decir a los que no tienen intención alguna de ir a votar, que no acudir a las urnas será peor y aunque no tengan ganas ni esperanzas, deben ir, deben hacerlo. Hay que elegir otra opción diferente a la misma de siempre a la de los políticos que nos mienten descaradamente.

Para que una mentira triunfe hace falta un mentiroso y alguien que se la crea. Es responsabilidad de una ciudadanía madura no dejarse engañar.

Comentarios

Entradas populares