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Señor Feijóo, Sancho también es una figura imprescindible para Unamuno…


También, Sancho es una figura imprescindible para Unamuno, porque es un hombre que reconoce en sí mismo su sencillez y su interés por aprender de su amo Don Quijote. El miedo que invade a Sancho Panza por no poder distinguir entre los sones, lo aterrorizan en “otra” escena bajo el cual solo él puede salir sin la ayuda del Quijote.

Así, pues, el “Sanchismo” y los españoles también podrán salir adelante sin la ayuda de Feijóo…

Con el gobierno de Sánchez se eliminó el copago farmacéutico a 6’8 millones de personas: pensionistas con rentas bajas, perceptores del Ingreso Mínimo Vital y menores con discapacidad.

Se aprobó  el Ingreso Mínimo Vital. Garantizamos mediante una nueva prestación de la Seguridad Social un ingreso mínimo a las personas en situación de pobreza y de riesgo de exclusión social.

Se recuperó la sanidad pública universal. El ministerio de Sanidad recupera el acceso universal y gratuito para todas las personas que viven en nuestro país y que el Gobierno del PP había eliminado.

El “ Sanchismo” que tanto critica Fijóo  está demostrando que hay otra manera de afrontar una crisis, distinta a la que la derecha nos había contado. Y se ve cada semana en el Parlamento. Por un lado tenemos la actitud de los socialistas, que de manera sistemática ofrecemos una solución a cada problema que surge. Por otro lado, un PP sin soluciones que, también sistemáticamente, se opone a toda ayuda social para aliviar la grave situación de familias y empresas del país. Eso en el mejor de los casos. En la mayoría de ocasiones, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo opta por el silencio a la espera de lo que le dicten Ayuso y los poderes económicos y mediáticos a los que le debe su puesto.

El miedo representa para Miguel de Unamuno un rostro falso que impide ver la verdad, y donde el Quijote trata de decirnos que el miedo en realidad vuelve ciego al hombre de tal modo que no le permite visualizar aquellos aspectos concretos de la vida. En suma, el miedo es la perdida de la fe para Unamuno precisamente porque “quien duda de lo que ve, una miajica tan sólo que sea, acaba por creer lo que no ve ni vio jamás.

El miedo encoge, anestesia, creaando una sociedad conformista, que impide la irrupción de un movimiento colectivo para defender los derechos de los pobres y marginados. Al ir cada uno a lo suyo, se extiende una pandemia de individualismo, insolidaridad y egoísmo. La norma predominante es “sálvese quien pueda”.

Pues bien, en medio del gran miedo se nos dice que recobremos el ánimo, que no dejemos que se nos vaya el “alma”, que no nos abajemos y arrastremos. El hombre (hombre-mujer) es un ser que eleva la cabeza y vive de esperanza.

Muchos de los que hoy hablan de crisis... nos quieren meter miedo, para aprovecharse de nosotros. Generan crisis artificiales, las suyas, para así tenernos sometidos... Las grandes crisis no vienen de los pobres (los sufrientes de siempre), sino de los que quieren aprovecharse de los demás... Muchas crisis son artificiales, creadas por y para el interés de individuos o grupos concretos... para aprovecharse de ellas.

Feijóo ha admitido ser un experto en la gestión sanitaria. «Le he dedicado una década de mi vida», ha presumido. El dirigente se ha comprometido a que esta cuestión, la sanitaria, sea una prioridad en su etapa de Gobierno. «El sistema va a seguir siendo el más equitativo del mundo» Pero todas  las medidas tomadas por el gobierno del Partido Popular y Feijóo cargan sobre los más débiles, y a favor de los más fuertes y poderosos como la reforma laboral, que permite al empresario manejar a su antojo a sus empleados. Estas medidas han hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Mientras nos mandaban apretar el cinturón ellos prosperaban…

Feijoo aseguró en una entrevista, en los inicios de su mandado,  que era partidario de privatizar “todo  lo que no sea él núcleo duro del sistema sanitario”. Se entregó a la tarea desde el primer momento. Comenzó por los servicios de apoyo: la historia clínica, la receta electrónica, la central de llamadas, las telecomunicaciones, los servicios de  catering, la limpieza y la energía, el mantenimiento de los equipos, el almacenamiento y distribución de material sanitario: todas estas parcelas pasaron a manos privadas en poco tiempo.

Durante sus mandatos el Sergas recortó el presupuesto  en más de 1.000 millones de euros (una reducción del 18% respecto al de 2009). Mientras tanto la sanidad privada creció de forma imparable.

Pero, Feijóo parece que no sabe lo que dice la Biblia sobre el capitalismo. El diccionario define el capitalismo como “un sistema económico, caracterizado por la propiedad privada o corporativa de bienes capitales, por inversiones que están determinadas por decisiones particulares, y por precios, producción, y la distribución de bienes que están determinados principalmente por la competencia en el mercado libre.” Isaías 3,14: dice: “Vosotros habéis incendiado la viña, lo robado al pobre lo tenéis en vuestras casas. Pero ¿qué os importa? Machacáis a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres”

Así, pues, en Galicia se da un elevado consumo de ansiolíticos y antidepresivos y tiene una alta tasa de suicidios.

Los servicios y las consultas están colapsados, con más de 8000 pacientes en lista de espera de Psiquiatría.

 Feijóo diseña “la sanidad del futuro”: atender por teléfono… «Toda la medicina que se pueda hacer sin presencia física es la medicina del futuro«, proclamó Feijóo, poniendo como ejemplo los 3.000 pacientes contagiados por coronavirus que son atendidos a través del programa Telea del Sergas. E insistió: “Estamos diseñando la sanidad del futuro: cuántas más consultas telefónicas, mejor; cuánta más teleasistencia, mejor; y espaciar las consultas y pruebas, ampliando los horarios de atención”.

La reducción de la desigualdad en salud debería constituir una prioridad en la agenda política de cualquier gobierno y administración pública. Para lograrlo habrá que cambiar drásticamente muchas de las prioridades políticas y económicas actuales e, inevitablemente, hacer frente a los poderosos intereses que hoy generan la desigualdad social.

¡Con el bien más preciado que tenemos, la salud, no se juega señor Feijoo!

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