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Feijóo dejó casi 600.000 personas en situación de exclusión en Galicia.

La preocupación por los que más sufren es una de las prioridades de Jesús en toda su vida, con palabras y hechos. Y Él es para los creyentes nuestra gran referencia. Por eso  en las próximas elecciones debemos apoyar a quienes más se preocupan de los más pobres y de quienes en la sociedad son más vulnerables.

Cuando Carlos Marx intenta definir lo que es el capital no hace otra cosa que poner en forma teórica, en forma científica, elementos que están ya en el Nuevo Testamento.

En el Apocalipsis hay un poder político-militar que quiere adueñarse de todo pero que no puede hacerlo porque necesita el poder de la propaganda. Mammón, el dinero, viene de la misma raíz que amén; es aquello a lo que se le da crédito.

Como dice Chesterton, que es católico y de derechas: lo que un comunista llama capitalista, un católico le llama simplemente canalla. Porque es canalla poner un beneficio particular o propio por encima del bien común o de las personas. Esto lo ha hablado el papa Francisco muchísimo, y la Doctrina Social, que tiene dos pilares: la dignidad del ser humano y el bien común. Y el capitalismo va cortar eso.

La reducción del déficit no puede consistir solo en recortar los programas de los que dependen las familias trabajadoras, los niños, los enfermos, los ancianos y los pobres. Debe consistir en exigir que la clase multimillonaria y las empresas rentables paguen los impuestos que les corresponden, frenar el gasto militar descontrolado y reducir el precio de los medicamentos con receta.

Los hechos están ahí. Ha sido el Partido Popular de Feijóo el que ha votado en contra de los impuestos a las grandes fortunas, a la banca y a las grandes empresas energéticas. Ha sido el Partido Popular de Feijóo y de Ayuso el que ha instaurado becas para que aquellas familias que ganan más de 100.000 euros al año puedan mandar a sus hijos e hijas a colegios privados. También ha sido el Partido Popular de Feijóo el que ha votado en contra de la subida del salario mínimo. Por supuesto, también ha sido el Partido Popular de Feijóo quien votó en contra de una Reforma Laboral que volvía a fortalecer a los sindicatos, permitiendo equilibrar sus fuerzas con la patronal al conseguir que fueran los convenios sectoriales los que sentaran los mínimos de los acuerdos retributivos y no empresa por empresa donde la fuerza de los trabajadores era mucho más reducida. Podríamos seguir dando más ejemplos, véanse las líneas maestras de sus políticas impositivas, pero creo que la cuestión está bien clara y no hay margen de duda acerca del fin perseguido por el Partido Popular de Feijóo: austeridad solo para pobres.

Con la llegada del verano se produce una reducción de los servicios sanitarios en Galicia. Menos camas, menos medios y menos personal. Esta es la denuncia reiterada que, año tras año, se hace por parte del propio personal sanitario y de las asociaciones de usuarios. También en el presente ejercicio, donde se reporta el cierre de 665 camas.

“El verano siempre es una situación complicada”, reconoció el titular de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. No obstante, y pese al cierre de esas 655 camas, Rueda hizo un llamamiento a la calma”, señalando que si fuera “necesario” todos los recursos del Sergas “estarían disponibles”.

Rueda incluso indicó que existe un "plan de refuerzo" de los centros de salud ante la posibilidad de "picos de actividad" en determinadas áreas sanitarias en estos meses de verano.

Mientras el presidente hacía estas declaraciones, un centenar de vecinos de Corrubedo, municipio de Ribeira (O Barbanza), protestaron ante el Parlamento para pedir "un médico a tiempo completo y todos los días".

Feijóo promete acabar con la pobreza en España pero dejó casi 600.000 personas en situación de exclusión en Galicia.

El 25,7% de la población de la comunidad que Feijóo presidió desde mayo de 2009 a mayo de 2022 está en situación de pobreza o exclusión social, con una renta media por debajo de los 11.469 euros al año, frente al 25,1% de 2008. Una persona es pobre cuando no dispone de los recursos para satisfacer las necesidades consideradas básicas en la sociedad en la que vive.

El 9,4% de la población gallega viven en situación de pobreza severa, es decir con menos del 40% de la mediana de renta nacional, que son 281 euros mensuales para el caso de una familia con dos adultos y dos menores, o menos de 535 euros al mes si esa persona vive sola. Son más de 85.000 personas más que el año inmediatamente anterior a la llegada de Feijóo a la Xunta.

No es la primera vez que Feijóo critica las poltícas sociales de la izquierda acusándola de querer acabar con "los ricos", con un discurso que insinúa que quienes son pobres lo son porque quieren o porque no se han esforzado en no serlo. "No creo en personas superiores a los demás. No creo que han de tener más derechos los que tienen más, pero tampoco creo a los que tienen más que se les deba señalar en la calle por haber trabajado más", dijo Feijóo en marzo pasado en Valladolid en un mitin de las primarias a la Presidencia del PP.

En la Galicia que ha dejado Feijóo hay más de 404.000 personas con una pensión inferior a 688 euros, el mínimo considerado para no ser pobre, y que no pueden hacer nada para dejar de serlo. Si se consideran sólo las pensiones de viudedad, recibidas mayoritariamente por mujeres, el 67,8% no llegan a esa cantidad. Un 22,1% de los y las pensionistas gallegas cobran menos de 458 euros, el listón bajo el que se sitúa la pobreza severa.

Así, pues, una sociedad basada simplemente en la economización no es posible, esto es lo que nos propone el capitalismo. El hombre es el homo economicus que tiene libertad para elegir o para enriquecerse… no. El hombre es persona y como tal tiene una dignidad que está más allá de las posesiones. Las posesiones están en función del bien común y no pueden estarlo en función simplemente de mis decisiones personales. Eso es lo que nos decía «La mano invisible» de Adam Smith: los egoísmos particulares al final se convierten en un bien común. Eso es mentira, no existen egoísmos particulares que generen un bien común. Solo el bien común querido por cada persona puede fundamentar el bien común público.

La actitud profética, es la de que todo depende de Dios y de nosotros. Al final, puede salir bien o mal, pero se trata de cómo nosotros nos impliquemos en ello. Los profetas decían: ojo con lo que viene, si no os transformáis. Que es la actitud de Jesús; convertíos y creed en la Buena Noticia del Reino de Dios. Convertíos, significa cambiad radicalmente de forma de pensar, y ponedlo en práctica. Esa es la actitud profética.

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