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Rey Varela, un alcalde para vencer la resignación de los ciudadanos….

 Estimado José Manuel, aquí te dejo una serie de consejos para que puedas desempeñar de manera correcta la responsabilidad institucional de alcalde por la que estás decidido a luchar. Espero sinceramente, te doy mi palabra de que soy sincero, que encuentres una vocación de servicio a la comunidad en este cargo fundamental para la vida de miles de personas. No existe mejor redención que ayudar a la gente.

No consientas que haya basura desbordando los contenedores, no permitas que las ratas tomen las calles. Demuestra capacidad para resolver problemas y para facilitar soluciones. Ninguno de los problemas grandes de Ferrol está en la cabeza del gobierno de Mato, como el empleo y la demografía… Hay un desconocimiento del gobierno hacia la ciudad que creo que nunca se ha dado en la historia democrática.

Ponte siempre en el lugar de los más desfavorecidos. No caigas en el error de la frivolidad versallesca.  A nadie le gusta ser pobre, a nadie le agrada tener que alimentar mal a sus hijos, a nadie le resulta fácil pedir auxilio social.

El Magisterio enseña que el cristiano es a la vez miembro de la Iglesia y ciudadano de la sociedad política, razón por la cual debe llevar las exigencias de su fe a la comunidad social de la que forma parte. Es llamativo observar cómo las políticas neofascistas sin escrúpulos y los fundamentalismos religiosos se alían con el cristianismo más conservador en el discurso del odio y la crispación social, y no menos curiosa es la coincidencia de personas que agrupan este núcleo duro, todas ellas contrarias a las políticas teológicas-pastorales del Papa Francisco.

Pero, por otro lado, considero que los partidos de izquierda, aquellos que asumen actuaciones sociales más equitativas e igualitarias y propugnan una justicia, no sólo a nivel local sino universal, y un respeto por las diferencias, no están sabiendo evolucionar suficientemente a nivel doctrinal ni político al no contemplar ni integrar algunos retos que la praxis cristiana viene trabajando desde hace mucho tiempo.

Hay que reconocer que donde no llegan los políticos llega Cáritas; o qué decir de la crítica valiente que hace Francisco a la falta de escrúpulos que tienen algunos países (¿desarrollados?) y empresas transnacionales al sangrar a los más débiles del planeta sin importarles los millones de pobres que sus objetivos particulares producen a su paso como maquinaria del descarte…

Me duele observar cómo las ideologías que encarnan los partidos de izquierda convierten el acoso y derribo a la Iglesia (o a todo lo que huela a religión) en uno de sus objetivos primordiales…, como si el único o principal problema se originase en este espacio, dilapidando energías en esta tarea y, sobre todo, desperdiciando aspectos fundamentales de la praxis cristiana. Recuerdo muy bien los insultos de un alcalde al decirme que tiña moitos demos dentro e debía beber moitos grolos de auga bendita para botalos fora…" A Ferrol en Común le encanta generar polémicas donde no las hay, como en el caso de la Semana Santa Ferrolana, en el que minusvaloró la única fiesta de Interés Turístico Internacional y de mayor tradición de Ferrol.

El partido que prometía luchar contra las injusticias de los desahucios,  permitió que una familia fuese desalojada y puesta en la calle con un recién nacido y eso que un gobierno está para resolver los problemas de los vecinos, y no para generarles más conflictos. Ferrol se declaraba en el pleno de febrero ciudad libre de desahucios.

En principio, vida pública se identifica con la política y ésta con los poderes propios de la estructura pública, desde el municipio al Estado.

La naturalidad que se pide al cristiano en los asuntos temporales –por lo tanto en la vida pública– es, junto con la mentalidad laical, la coherencia de fe y de vida cristiana.

Séneca, consideraba la verdadera nobleza del hombre obedeciendo a la recta razón dejándonos profundas reflexiones a lo largo de sus obras como esta: “la honestidad y la virtud son valores altamente apreciados, y la nobleza supone ser capaces de buscar causas, motivaciones y aspiraciones justas. “

Vivimos en un país donde reina el “haz lo que digo pero no lo que hago”. Y a pesar de que la incoherencia genera desprestigio en todos los campos de la vida, a ellos parece que les da lo mismo. Sencillamente, porque ni les importa ni les afecta.

Quizás necesitemos para Ferrol personas como tú, gente luchadora que sepa que esto no es para apoltronarse, sino para construir lo mejor de sí mismo.

Vivir de la política crea tanta o más adición que la droga. Raras son las personas vividoras de la política que libremente se desenganchan. Creo que se cuentan con los dedos de la mano y sobran dedos...

Conviene distinguir, como hace Max Weber, entre vivir para la política -casos excepcionales- y vivir de la política, la mayoría de los casos

Un buen alcalde ha de ser, ante todo, una persona entregada a hacer el mayor bien para los demás y para su ciudad, lo cual supone haber superado los intereses y privilegios particulares y del poder; por eso, dice Platón que el poder solo se debería conceder a los hombres que no lo adoran. Evidentemente, un buen alcalde no se apega al sillón y al bastón de mando; al contrario, sabe irse en el momento oportuno, un mal alcalde no sabe irse nunca, sino cuando le echan.

Las causas que mueven al quehacer político son muy diversas: responder a una vocación, hacer una carrera profesional, embarcarse en una aventura, procurarse una distracción. El quehacer político es, en el primer caso, respuesta a una llamada; en el segundo un "modus vivendi"; en el tercero, oportunismo pragmático; y en el cuarto y último, un simple divertimento ocasional.

Sólo en el primer caso se define el político auténtico, atraído por "la necesidad, fecundidad y nobleza de la acción política" (Pablo VI a la "Unión Interparlamentaria europea", 23-IX-72).

Bien, José Manuel, nunca es tarde si la dicha es nueva, siempre será tarde si la derecha es vieja. Da un paso adelante, no se trata de sobrevivir a los escombros, sino de construir un Ferrol moderno del siglo XXI.

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