Ángel Mato, un alcalde desbordado…

El concejal del Grupo Popular, Arán López, a través de un comunicado ha criticado «que el gobierno de Mato haya pasado de las preocupaciones y de las inquietudes de los jóvenes ferrolanos durante estos cuatro años». “Ocho fueron solo las actividades dirigidas para jóvenes menores de 30 años y tres de ellas para mayores de 18, ocho actividades en cuatro años da como resultado dos actividades cada año”

«Esto es lo que piensa Ángel Mato en los jóvenes: una vez cada seis meses. Cero oferta lúdica y formativa en estos años a pesar de que en Ferrol hay jóvenes que quieren disfrutar de una programación específica para ellos, como sucede en otros municipios de la comarca».

«Las actividades se limitaron básicamente a los niños de hasta 13 años con campamentos en las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, actividades realizadas desde Igualdad para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral, más que para dinamizar y enriquecer la ciudad con iniciativas dirigidas a la juventud» añade

Lamentamos que Ángel Mato discrimine de esta manera a nuestros jóvenes, no les escuche, ni atienda sus propuestas». “Tenemos una Casa da Xuventude infrautilizada, cuando podría estar llena de actividades para formar y entretener a nuestros jóvenes, pero este gobierno prefiere tenerla cerrada”.

 Una de las cuestiones sociales que requiere atención y que genera preocupación tanto a padres como a educadores es cómo utilizan y disfrutan del tiempo libre los niños y adolescentes. Resulta necesario ofrecer un ocio alternativo para jóvenes en nuestras ciudades y en la zona rural  para frenar el sedentarismo o actitudes nocivas para la salud, como el consumo de sustancias.

Asistir a clases de pintura o actividades plásticas, o comenzar a tocar un instrumento significa mucho más que un hobby, pues fomenta el interés de los más jóvenes en invertir su tiempo en valorar y disfrutar de las artes.

Asimismo, las actividades culturales y artísticas favorecen el desarrollo positivo de la personalidad. De hecho, para la Unesco, el arte y la cultura promueven la sensibilidad, la solidaridad y la conciencia social en los más pequeños.

Al estimular la participación de los jóvenes, estamos favoreciendo el desarrollo de habilidades como la responsabilidad o el sentido crítico, además de fomentar el compromiso y cohesión social.

Así, pues, estamos ante un alcalde desbordado, sin un proyecto de ciudad. Ángel Mato está desbordado, le ha venido muy grande ser el Alcalde de esta ciudad y vuelve a demostrar que no está a la altura.

En los primeros tiempos de nuestra civilización era común entre los filósofos tratar las características y condiciones que debían reunir los gobernantes. Baste recordar a Cicerón o a Platón, cuando analizaban la preparación y deberes de los dirigentes de la República, o a Aristóteles cuando decía que “los que aspiran a saber de política necesitan también experiencia (…) Pues, mientras los hombres de experiencia juzgan rectamente de las obras de su campo y entiende por qué medios y de qué manera se llevan a cabo, y también qué combinaciones de ellos armonizan, los hombres inexpertos deben contentarse con que no se les escape si la obra está bien o mal hecha.”

El juicio primero que se forma de un soberano y de su entendimiento se apoya en el examen de los hombres que le rodean" (N. Maquiavelo, El Príncipe pág. 134)

La verdadera esencia de la democracia es asegurar que cada uno/a pueda desarrollar todo su potencial pues “todos valen para algo” y en ese algo deben poder aspirar a la excelencia. Pero cosa bien distinta es que “todos valgan para todo” o que “todos valgan lo mismo para hacer cualquier cosa” o para ocupar cualquier puesto en la sociedad "mucho menos en el gobierno".

Nuestros políticos tienen escasos incentivos en buscar la excelencia porque saben que los ciudadanos votan a sus partidos con una lealtad solo equiparable a la que sienten por su equipo de fútbol. La ideología y el partidismo tienen más peso en las urnas que la preparación, la honestidad o experiencia de los candidatos, enviándoles el mensaje de que su futuro no depende de su gestión o los resultados que obtienen. Eso tiene que cambiar: si algo nos ha enseñado la pandemia es que el precio de no tener a los mejores al volante es demasiado alto.

El principio de incompetencia viene de los tiempos de Salomón, que heredó un imperio de su padre (el rey David) y acabó abandonando «la rectitud y la justicia», dice la Biblia. Afirman Peter y Hull: en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia. En la política este aserto alcanza su concreción precisa.

En su teoría de la evolución, Charles Darwin introdujo la ley de la selección natural y se popularizó la frase "supervivencia del más apto": aquellos que se adaptan mejor a su entorno, pasan a la siguiente ronda.

La humanidad ha logrado agregar una fase extra: una vez que los más aptos han sobrevivido, son elevados a un nivel para el cual no son aptos.

Eso es, al menos, lo que nos dice el "principio de Peter", también conocido como el "principio de incompetencia de Peter". "En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia", dicta este.

Quienes nos gobiernan debieran ser personas preparadas y competentes, gentes con una trayectoria profesional o política brillante y que, como consecuencia, merecen la confianza de la ciudadanía. Pero a la vista está que en muchos casos eso no es así. Es más, parecería, más bien, que en la política municipal se incumple de manera flagrante el principio de Peter, pero no porque algunos responsables no hayan alcanzado su nivel de incompetencia, sino por haberlo superado con holgura.