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La tibia reacción de Feijóo ante el asalto a la democracia brasileña


El asalto violento a las instituciones democráticas en Brasil, el domingo, ha sacudido la actualidad política. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha alertado este lunes de que la mayor amenaza contra la democracia es "el resurgir de movimientos ultra dispuestos a arrollar con todo"

El más que conocido por los gallegos como «enemigo de lo público», que para sus filas es sinónimo de “buen gestor”Los datos  hechos públicos facilitados por el Ministerio de Hacienda, indican que entre comienzos de 2009 y el inicio de 2016 los centros escolares gallegos han perdido 1.200 docentes. 

Feijóo diseña “la sanidad del futuro”: atender por teléfono. «Toda la medicina que se pueda hacer sin presencia física es la medicina del futuro», proclamó Feijóo, poniendo como ejemplo los 3.000 pacientes contagiados por coronavirus que son atendidos a través del programa Telea del Sergas. ¿Cuando Feijoo o un hijo suyo enfermen, se van a conformar con que un médico los evalúe por teléfono? Esas pordioserías solo son buenas para los demás.

A la gente la empobrecen para que luego voten por quienes les hundieron en la probreza.

Muchas veces los menos aptos están en los grandes tronos. Sobre esto también escribió Ortega y Gasset en la rebelión de las masas… Antes mandaban los señoritos, algunos bien, pero a costa de los pobres y de la pobre gente.

Cuando Feijoo deje la política posiblemente se agarre a las puertas giratorias de una gran fábrica para seguir aumentando sus ingresos.

Bolsonaro nunca reconoció su derrota ni concedió legitimidad a la victoria de Lula, entre otras cosas porque nunca dejó de sembrar dudas sobre el recuento electoral, como recopila un reportaje de The New York Times, en el que se desgrana cómo fue creando la falacia de las elecciones amañadas basada en imprecisiones, datos fuera de contexto, pruebas circunstanciales, teorías de conspiración y mentiras descaradas.

Feijóo, y su portavoz parlamentaria,Cuca Gamarra no  condenan en ningún momento nítidamente los sucesos acontecidos en Brasil y ambos evitan mostrar su apoyo al gobierno de Lula da Silva, elegido democráticamente. Es más, en el caso de Gamarra, llega incluso a aprovechar los sucesos para golpear a Pedro Sánchez por la reforma del Código Penal.

No en vano, la legitimidad del Gobierno de Pedro Sánchez la niegan tanto que Feijóo ha llegado a defender su bloqueo a la renovación del CGPJ como mecanismo de para “para proteger” el Poder Judicial del Ejecutivo.

Ahora bien, los parecidos comienzan a aparecer cuando se niega la legitimidad del Gobierno elegido, cuando la derecha judicial impide incluso debatir proyectos de leyes en el Senado; o cuando se usan todos los resortes en Bruselas para sembrar todo tipo de dudas sobre el Ejecutivo; o cuando se vincula al Consejo de Ministros con ETA o Venezuela.

"Es complicado pensar en la posibilidad de que eso se pueda producir en nuestro país, y a esa escala, pero estamos en una era en la que las redes sociales expanden las ideas con mucha rapidez. Si ves las primeras reacciones a lo que ha ocurrido en el entorno del PP y del PSOE parecen dos realidades diferentes", apunta  Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano.

El asalto ultra de Brasil es una nueva evidencia de lo que pasa cuando las derechas cuestionan los resultados electorales.

Las derechas no respetan la democracia ni los principios democráticos, y cuando fracasan en sus objetivos y no logran resultados electorales que desean, acaban dando golpes violentos.

Tiene Razón  Boaventura de Sousa cuando afirma: “Debemos pensar formas autónomas de organización de los ciudadanos, más allá de los partidos. Los partidos convencionales no tienen futuro, tienen necesidad de convertirse en partidos-movimiento, donde los programas y la elección de los candidatos sea hecha por los ciudadanos y no por las oligarquías partidistas. Hay que radicalizar la democracia. La revolución tiene que ser una radicalización total de la democracia. La democracia que existe hoy es una isla democrática en un archipiélago de despotismos: despotismos en la familia, en la fábrica, en el espacio público con el racismo, en las casas con la violencia contra las mujeres… No hay forma de democratizar solo el espacio político, hay que democratizar la sociedad en sí misma. Por eso es una radicalización total y revolucionaria, que va en favor de la afirmación de la vida y de la dignidad de la gente”

 Así pues, la lucha por la justicia es una parte esencial de su misión evangelizadora, que a su vez se constituye en humanizadora. Con promoción de la justicia y del desarrollo, las relaciones entre los hombres y entre los pueblos, la paz se convierte en una realidad, fruto del compromiso de personas, estados e instituciones.

Comentarios

  1. Es dramático ver el ejemplo deplorable de este político que abandera un movimiento cristiano y deja tan maltrecha la imagen de los que tienen esa misma Fe

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