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Señores Irimegos, sólo en Cristo hay salvación

Este año se celebra A Romaxe de crentes Galegos con el lema “Fóra do pobo non hai salvación”, ao pé do Monte Xalo, na parroquia de Castelo.

La ideología nacionalista trata de imbuir a los ciudadanos de un territorio, la idea de que unas ciertas características les hacen singulares, superiores respecto a los demás.

En la obra 'La experiencia dionisiaca del mundo' se expone extensamente la tesis del filósofo Nietzsche: los nacionalistas son «aldeanos» atrincherados en su suelo natal. El ideal es remontar esa limitación y ser escépticos con los dogmas que agrietan, limitan el sentido abierto y expansivo de todos los pueblos. Dice el gran filósofo: «Estamos ante un peligroso delirio de los nacionalismos donde la vanidad de locuaces pueblerinos reclama con grandes gritos el derecho a la soberanía». Intentan y luchan por crear una comunidad imaginaria creyendo ser superiores como plantearon los alemanes Herder y Fichte, doctrina que ha dado tristes resultados, sobre todo en la reciente historia.

Nietzsche hizo patente su rechazo al nacionalismo que consideró con claridad y contundencia un «cinturón opresor». Su pensamiento sigue muy presente en la actualidad porque se busca la verdad, rechazando el dogmatismo como hicieron tantos filósofos y artistas desde Platón a Miguel Ángel.

Afirmaba Juan pablo II (con ocasión del 50 aniversario del final en Europa de la Segunda Guerra Mundial, 8-mayo-1995).  “No se trata de amor legítimo a la propia patria o de estima de su identidad, sino de un rechazo del otro en su diferencia, para imponerse mejor a él. Todos los medios son buenos: la exaltación de la raza que llega a identificar nación y etnia, la sobrevaloración del Estado, que piensa y decide por todos; la imposición de un modelo económico uniforme y la nivelación de las diferencias culturales. Nos hallamos frente a un nuevo paganismo: la divinización de la nación. La historia ha mostrado que del nacionalismo se pasa muy rápidamente al totalitarismo y que, cuando los Estados ya no son iguales, las personas terminan por no serlo tampoco. De esta manera, se anula la solidaridad natural entre los pueblos, se pervierte el sentido de las proporciones y se desprecia el principio de la unidad del género humano” 

“La salvación no puede reducirse simplemente a un mensaje, a una praxis, a una gnosis o a un sentimiento interior. Como ha escrito Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.

Así pues,  Se gozaba san Pablo, complacido, de cómo los tesalonicenses “abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo” (1Ts 1,9-10). Es inadmisible para la fe cristiana rendir culto a los ídolos.

Señores irimegos, La salvación de Dios se hizo posible gracias a Jesús, Dios encarnado. Jesús es el puente que nos acerca a Dios. Tenemos acceso al Padre gracias a la obra de Jesucristo en la cruz. En el libro de Tito, en el Nuevo Testamento, se nos explica el estado del ser humano sin Jesús y el cambio maravilloso, accesible a todos por medio de él. ¡La misericordia de Dios nos alcanza y nos transforma! Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. (Romanos 10:8-10)

Un corazón transformado por el poder de la gracia de Dios nos moverá a hablar y a dar testimonio sobre lo que Dios ha hecho por nosotros. Declararemos que Jesús es el Señor de nuestra vida y de todo el universo. ¡Jesús es Dios y por su obra somos salvos!

Cuando estamos muy convencidos de algo maravilloso lo hablamos y lo compartimos con los demás. ¡No hay nada más maravilloso que el perdón, la gracia, la salvación que Dios nos da! ¡Habla sobre Cristo! Comparte el mensaje de salvación.

La palabra salvación significa ser salvo o también puede significar preservación, liberación o seguridad.  La salvación es el mayor regalo de Dios para la humanidad. No solo afecta la vida que vives ahora, sino que impacta tu eternidad y no hay nada más importante que eso. Como cristianos, sabemos que la salvación es solo a través de Cristo.

La Palabra de Dios dice que una vez que nosotros abrazamos la cruz somos crucificados en Cristo y resucitados con Él en una nueva vida. ¡Somos hechos libres! Podemos ofrecer nuestros cuerpos al servicio del Señor y ofrecer nuestros miembros como instrumentos de rectitud.

En ciertos momentos podemos tropezar debido a incredulidad, pero podemos agarrarnos de la verdad que dice que al final la victoria es tuya porque tú clamaste, “Señor, yo voy a confiar en Ti hasta que la victoria llegue.”

Yo le agradezco a Dios por la cruz de Cristo y le agradezco por sus crisis. Por experiencia sé que la mejor “predicación sobre gracia” en el mundo es el predicar sobre la cruz. ¿Has traído tú crisis ante la cruz? Si tienes la presencia de Jesús en tu vida, experimentarás el orden divino de Dios. Tendrás una paz y una calma, sin apuro o ansiedad, sin correr de un lado a otro buscando consejo, sin sentirte sin fundamento. ¡Vivirás en descanso, sabiendo que Dios tiene todo bajo control!

 

 

 

Comentarios

  1. Que buen tema has tocado José Carlos. Me gusta el punto de vista que expones. Es muy difícil ver a los pueblos unidos en toda la historia de la humanidad e incluso ahora en lo que llamamos la aldea global

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