Fernando Cadiñanos y el grito de Jeremías
¡Me duelen las telas del corazón,
¡Se me salta el
corazón del pecho!
No callaré…
Se anuncia quebranto sobre quebranto”
(Jr 4,19-20)
Nosotros, los que venimos de la tradición católica y
queremos avanzar con ella, tendremos que insistir en la “roca” de Pedro,
una roca convertida en manantial del que proviene el agua de Jesús,
recuperando, al mismo tiempo, el testimonio de las mujeres, a las que a veces
hemos llamado con desprecio las “marías”. La iglesia es como un río que a lo
largo de tiempos y lugares ha venido recogiendo aguas de diversos afluentes,
que han enriquecido pero también amenazado el curso de su vida. Por eso es
necesario volver a la fuente de Jesús que dijo “quien tenga sed que venga a mí y que beba…
porque de su seno brotarán corrientes de agua viva” (cf. Jn 7, 37).
Jesús actuó siempre potenciando la libertad. “Donde está el Espíritu del Señor, allí
está la libertad” (2 Cor 3,17) Esta
libertad es un don del Espíritu para quienes luchan contra cualquier tipo de
opresión. Por eso es visto el Espíritu como el “pater pauperum”, el padre de los oprimidos y de los empobrecidos que
padecen la servidumbre y anhelan la libertad. Es el Espíritu quien confiere la fuerza para
resistir y sobrevivir y nos da el coraje necesario para la liberación; quien
rompe las cadenas; quien suscita en los empobrecidos del sistema opresor la
creatividad para abrir nuevos caminos… El Espíritu “dirige el curso de la
historia”… renueva la faz de la tierra y está presente en la evolución humana” (pablo VI, octogésima Advienes, n. 37).
El apóstol pablo veía en el espíritu una fuerza liberadora el régimen de la circuncisión y garantizaba el acceso a
Cristo (cfr. Gal 4,67; 5, 22,25).
¿No Deberíamos ver
hoy la actuación del Espíritu Santo en todos los evangelizadores que tratan de
recuperar la novedad evangélica y liberarla de la sumisión a una romanidad mal
entendida y que funciona como un trasunto de la antigua circuncisión?
A veces los fundamentalistas
católicos son importantes líderes de las campañas anti-abortistas, pero los
temas relativos a la justicia social son desdeñados, y quien se implica en
ellos es calificado de “liberal irresponsable”. Su premisa es que la
historia debe ser rectificada, y la Iglesia rescatada de los “peligrosos
modernistas” y devuelta a su “dorada era anterior del Vaticano II”
“El espíritu es la movilidad de la Iglesia, su desinstalación
permanente, el elemento desaosegador que la impulsa a recorrer siempre de nuevo
los caminos de los diversos pueblos.” (Leonardo
Boff, “La iglesia, sacramento del Espíritu Santo")
Tiene razón el Obispo
de Mondoñedo Ferrol, Fernando Cadiñanos, cuando afirma: “La formación
sociopolítica en la Iglesia es muy urgente, porque nos jugamos que la presencia
de lo cristiano se vea reducida a la nada a nivel social y cultural. Es
importante que los cristianos estén presentes en la política y la economía, y
generen una nueva cultura más acorde con la enseñanza social de la Iglesia” "Como
Iglesia tenemos que ser cercanos y levantar esa voz de atención, cercanía, de
reivindicación del trabajo digno. Es un tema clave", señala en una entrevista en un diario
gallego. "Creo que se nos avecina un otoño caliente desde el punto de
vista económico, con una crisis barruntando y tenemos que estar cerca no solo
con Cáritas en su dimensión asistencial, también a nivel de promoción de
nuestro trabajo, de reivindicación y de incidencia política” Las palabras de
Fernando Cadiñanos se identifican fácilmente con el grito de Jeremías
al contemplar la destrucción de todo lo que él e Israel amaban. Y la tristeza
de Jeremías es aún más intensa, porque muy pocos dirigentes oficiales la
comprenden o simpatizan con él.
“¡Mis entrañas, mis entrañas! ¡ Me duelen las telas del
corazón, ¡se me salta el corazón del pecho! No callaré… Se anuncia quebranto
sobre quebranto” (Jr 4,19-20)
Los evangelizadores
comprometidos como Fernando Cadiñanos perciben el letargo, la inercia
pastoral y la apatía, la pérdida de oportunidades de evangelizar un mundo en el
que la gente está ansiosa de sentido y el retraimiento de tantos dirigentes
eclesiales que huyen del desafío de escuchar y evangelizar haciendo una pastoral
comprometida con el pobre y el oprimido.
Los teólogos de la
liberación han recordado con frecuencia que la misma contemplación, la oración
de los espirituales de la liberación se expresa, se traduce -se comprueba sobre
todo- en las prácticas no sólo sociales sino en las prácticas explícitamente políticas.
Para que la caridad no se quede en «compasión» distante,
o en «benevolencia» intermitente o transitoria, debe ser solidaridad política. Sólo así será verdadera caridad. Sólo
así amará al hermano en la realidad en que el hermano vive. Sólo así ayudará al
hermano de un modo eficiente.
Recordemos la palabra de Pablo: él, Cristo Jesús, siendo
rico, por nosotros se hizo pobre (Fil 2, 6ss). «Se hizo»: desencarnamos
totalmente esa palabra si la pretendemos entender en un sentido sólo
espiritual. ¿Qué significa «se hizo»?
Jesús se encarnó y
se hizo hombre entre nosotros. Esto Supone todo un proceso histórico: su
modo de vida, sus conflictos, su ubicación geopolítica, cultural… todo lo que
él realmente vivió.
No es el momento de
ser unos acobardados y pesimistas miembros de la Iglesia, aunque tal tentación
es comprensible en estos tiempos. Lo que Juan Pablo II afirma que requiere la
lucha por la justicia en el mundo también es aplicable aquí: “No hay
justificación para la desesperación, el pesimismo o la inercia… La libertad
para la que Cristo nos ha liberado ( cfr Gal 5,1), nos impulsa a ser siervos de
todos” ( Juan Pablo II, Socillitudo rei socials, n 46).
Todos nosotros, mediante
el bautismo, tenemos legítimamente derecho y obligación de exigir que la
Iglesia sea responsable de los valores del Reino. No necesitamos permiso de
nadie, sino que somos llamados a actuar con “el amor, gozo, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, modestia y dominio propio”, de los que pablo
habla a los Gálatas (Gal 5,22.) No hacerlo así es ser infiel al
liderazgo de Jesucristo.
Comentarios
Publicar un comentario