Mondoñedo - Ferrol, escuela naval reconvertida en escuela de obispos…
Ferrol después de haber sido escuela naval durante muchos
años parece haberse reconvertido en escuela de obispos que llegan a nuestra
diócesis para después marcharse y
prosperar en otras diócesis más codiciadas…
Y al final de su vida jubilarse sin mayores preocupaciones que leer y escuchar
música... No es el caso de otros obispos
como Nicolás Castellanos.
Tras trece años de actividad, la residencia universitaria de
la Domus Eclessiae de Ferrol ha cerrado sus puertas debido a la escasa demanda
de plazas por parte de los estudiantes del campus.
El día 13 de octubre, 2019 cerraba al culto la iglesia
parroquial de Santa Cruz, en Canido.
El obispo Luis Ángel
cierra también la Librería Diocesana “Chamorro” de Ferrol después de treinta años de servicio. “El déficit
que cada año generaba ha abocado a tener que tomar esa dolorosa decisión, por
hacerse imposible para la diócesis seguir asumiendo dichas pérdidas.”
Comunicaban en los medios el 31 de enero
de 2019.
El sistema eclesial
ha tendido a convertirse en mercado de inversiones y seguridades sacrales,
poderes e influjos, al servicio de un Dios al que habíamos identificado con un
tipo de administración cristiana. Algunos
eclesiásticos han caído en la trampa de la planificación y el mercado,
aplicando a la iglesia católica las formas del sistema, sobre todo en la
organización de ministerios. Tanta inversión en seminarios, con tales
vocaciones y tantos resultados…
Desde hace tiempo en nuestra diócesis se carece de
estructuras para la formación de seglares y las que había, como hemos podido
comprobar, los obispos anteriores las han
dejado morir. Esta es un área
fundamental para el futuro de nuestra diócesis. Esperemos que con el nuevo
obispo, que ha comenzado con ganas, los seglares dispongamos de una buena
biblioteca diocesana y más y mejores oportunidades para la formación de la fe
de todos los diocesanos que deseen formarse y aprender más de Jesús.
El anterior obispo de Mondoñedo-Ferrol no es que nos haya intentado vender una yegua averiadísima. Es que no ha dejado ni yegua después de bajar a la arena y cerrarlo todo. Le ha salvado la campana porque antes de apagar la luz última le han dado la diócesis de León que tardará algo más en desaparecer.
En los cargos diocesanos Monseñor Luis Ángel y Manuel Sánchez Monge tampoco han estado muy acertados.
Para Delegado de la Pastoral Rural han nombrado nada menos a un cura
secularizado, Manuel Regal, no tengo
nada en contra de los sacerdotes que dejaron su ministerio por los motivos que
fueren y que ahora viven su pertenencia a la Iglesia como laicos. Los hay
excelentes. Y también algunos notablemente rebotados. Como si la causa de su
secularización fuera de la Iglesia y no de ellos mismos. ¿Es un laico ejemplar Manuel Regal Ledo? que desde el principio
de su cargo se deshizo en alabazas a una “presbitera” en situación de
Excomunión. Ahora el señor Regal hace el prólogo y presenta un libro de un
cura diocesano en situación irregular…. Con
un procedimiento previsto para determinar si corresponde «la expulsión del
estado clerical». Procedimiento del que nunca más se ha vuelto a
saber nada…
Así termina Manolo Regal un artículo de Religión
Digital apoyando a una señora que está excomulgada por la iglesia: “De nuestra parte reciba respeto, cierta
admiración y agradecimiento y oración: que los golpes no la hundan, que los
aplausos no la confundan. Y Dios dirá”
Una afirmación de
esas características es un desprecio de la doctrina católica sobre el
sacerdocio, además de un desprestigio flagrante para la comunidad cristiana y
rompe violentamente la comunión eclesial.
Si no hubiese cruzado con el señor obispo de León algunas líneas hablando estérilmente de varios de estos temas que después he tratado de
forma pública, no habría de faltar quien quisiera tratarme como a un pobre
desmemoriado. Pero no es el caso. Los
seglares no estamos para «hacer la vista gorda», tenemos que enfrentar y
ver los dolores de la gente para intentar reparar lo que podemos y para avisar
a quienes tienen capacidad y responsabilidad en el desarrollo de la comunidad
eclesiástica. «La Iglesia necesita que todos seamos profetas», es decir, «hombres de esperanza», siempre
«directos» y nunca «débiles», capaces de decir al pueblo y a, los jerarcas «palabras fuertes cuando hay que decirlas»
y de llorar juntos si es necesario.
Ahora, el actual obispo de Mondoñedo, mantiene a Regal. Que en la actualidad ya se alinea más todavía, con su prólogo y presentación de Pérez Prieto.
Me consta que ha sido avisado según los principios bíblicos:
“Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra
sea confirmada por boca de dos o tres testigos” (Mateo 18:16)
(Juan 10:11-14) “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su
vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no
son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo
arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es
asalariado, y no le importan las ovejas.
A los cristianos no nos queda ni un solo lugar seguro en la
tierra, ni siquiera nuestras iglesias lo son. Es una nueva era. Y hay todavía
algo más preocupante: en las pocas
iglesias que quedan abiertas, se enseña un “cristianismo” sin fuerza ni vida a
consecuencia de la solapada invasión del secularismo.
Se repite lo acontecido tras el nacimiento de Cristo:
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y
mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus
alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:
«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es
Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven». Mat 2,16-18
Raquel llora. Los
impíos se alegran. Los perros mudos callan. Son aquellos que solo ladran para
insultar a las ovejas del rebaño del Señor, mientras se enseñorean del mismo y
lo entregan en manos del enemigo de nuestras almas.
¡Que el Señor les reprenda. Líbranos del mal, Dios nuestro!
El problema es que
desde hace años están violando a la Esposa de Cristo delante de las narices de
todos nosotros, y solo unos pocos alzan la voz, no sin temor a que les manden
callar por no se sabe qué ¿cristiana? prudencia. El problema no es solo que
el lobo devore las ovejas, sino que los pastores que han recibido el encargo
del Señor de pastorear su rebaño son hoy
perros mudos, cobardes, tibios, sin temor de Dios.
A ellos pregunto: ¿Han leído ustedes Gal 2,11-14? ¿Han meditado en Ez
33,7-9? ¿Dónde se van a meter cuando tengan que rendir cuentas ante el Creador?
¿Qué le van a decir cuando les pregunte qué hicieron por sus ovejas cuando eran
mutiladas por el inicuo?
No seamos perros
mudos, no seamos centinelas silenciosos, no seamos mercenarios que huyen del
lobo, sino pastores solícitos que vigilan sobre el rebaño de Cristo, anunciando
el designio de Dios a los grandes y a los pequeños, a los ricos y a los pobres,
a los hombres de toda condición y de toda edad, en la medida en que Dios nos dé
fuerzas, a tiempo y a destiempo, tal como lo escribió san Gregorio en su libro
a los pastores de la Iglesia.
De las Cartas de san
Bonifacio, obispo y mártir
(Carta 78; MGH,
Epistolae 3, 352. 354)
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