Seguidores

Germán Costoya rechaza la petición del PP y mantendrá los 30 kilómetros por hora en los accesos a Ferrol

La carretera de Castilla y la de Catabois mantendrán la velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, al igual que los tramos señalizados a esa velocidad de la avenida de Esteiro. El gobierno de ángel Mato descarta elevar el límite hasta los 50 kilómetros por hora, como pidió el PP. El concejal de Seguridade e Tráfico, Germán Costoya, rechazó el argumento de que se producen retenciones y se resta fluidez al tráfico. Asegura que «no constan» y considera «demagógica» la postura popular, «aparte de priorizar el bienestar de los coches sobre el de los peatones».

En la carretera de Catabois siguen las señales en vertical a 50K/h y en el suelo a 30K/h, no se han molestado ni en retirar las señales antiguas.

Tienen razón los populares cuando afirman «Sabíamos que este gobierno era un gobierno desbordado y caótico, que trabaja a golpe de improvisación y sin cabeza pero con el tema de los baches nos ha demostrado que es un “gobierno chapuza”. “Mato no tiene ni peso en el PSOE ni gestión en el Concello de Ferrol y quien lo paga somos los ferrolanos que vemos como el Estado no hace las inversiones necesarias y demandadas en nuestra ciudad que ha ido a peor estos dos años”, añaden.

Muchas veces los menos aptos están en los grandes tronos. Sobre esto también escribió Ortega y Gasset en la rebelión de las masas… Antes mandaban los señoritos, algunos bien, pero a costa de los pobres y de la pobre gente.

En Esteiro también continúan las señales verticales a 40 K/h y las del suelo a 30K/h... 

Así pues, se convierten los policías en “recaudadores”. También es comprensible el enfado de Ángel Mato, cuando amenazó con renunciar a presentarse como candidato a la Alcaldía de Ferrol  tras conocer la lista impuesta por Ferraz, a instancias del secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, incluyendo en su candidatura a Germán Costoya y Cristina Prados, afines a Beatriz Sestayo. “

Está claro que los afiliados han perdido importancia para los partidos políticos, hasta el punto que cada vez tienen menos capacidad para poder influir y participar en las organizaciones políticas en las que militan. Y eso pese a que son muchos las normativas jurídicas que abogan por la democracia interna en este tipo de organizaciones.

"Yo a la gente que me acompañe en la lista le he pedido que se deje la piel y que solamente trabaje en beneficio de que la ciudad pueda mejorar, que es a lo que yo también me encomiendo y para lo que le voy a pedir el respaldo a la ciudadanía, y, por ello, serán ellos los que tengan que responder en qué condiciones, por qué, que ilusión, que interés tienen para poder afrontar este proceso", afirmaba Angél Mato.

Así pues, Baches y socavones vuelven prácticamente intransitables muchas calles del centro y convierten una ruta en coche por el centro en un vaivén incesante.

“No es un viaje al centro de la tierra, pero lo parece…” afirmaba un taxista en un diario gallego. «Esto parece unha corredoira das que andaba eu na aldea», añadía.

Así pues, el radar y el multamóvil triplican la previsión presupuestaria habitual. Si al concejal de tráfico le encantan sus nuevos juguetes tecnológicos ¿Cuándo va a dar un paseo  con ese "coche chivato" por la zona  y hacer fotos  a los baches de la ciudad y de la zona rural. Las actuaciones que está haciendo el concello de arreglo de baches rozan el esperpento, en algunas podemos ver como primero pintan la calle y luego arreglan los baches y en otras arreglan baches que vuelven a salir cinco días después.

La política actual es, a grandes rasgos, un poco como “Juego de tronos”: vestirlo todo de apariencia de cambio para que en el fondo pocas cosas cambien. No hay trono ya, pero la rueda sigue girando. No hay siete reinos, pero hay rey. No hay caminantes blancos, pero sigue habiendo miedo. No hay esclavistas, pero sigue la opresión.

La senda que conduce a la corrupción y al abuso de poder se inicia muchas veces cuando un ciudadano decide militar en un partido político, en algunos casos con buena fe, con deseos de ayudar, pero ignorando que penetra en un espacio peligroso, regido por leyes y reglas profundamente antidemocráticas y escasamente éticas, incompatibles con la dignidad humana y el verdadero progreso.

Los fundadores de la democracia lo tenían claro y rechazaban los partidos políticos porque los consideraban poco menos que organizaciones mafiosas e incapaces de anteponer el bien común a sus propios intereses. Así pensaban Robespierre, Dantón y casi todos los teóricos y revolucionarios franceses de finales del XVIII. El rechazo a los partidos todavía era más intenso en Jefferson y casi la totalidad de los fundadores de la primera gran democracia del mundo: los Estados Unidos de América, conscientes de que los partidos políticos ponían en peligro el sistema porque tendían a apoderarse del Estado, a monopolizar el poder y a someter a los ciudadanos.

Cuando entras como militante en un partido te das de lleno con un mundo siniestro donde los valores están trastocados. Allí no se hace carrera sirviendo a la verdad y a la propia conciencia, sino sometiéndose a los criterios y deseos del líder.

Cuando cometes un error, alguien te dice al oído: «mejor olvídalo porque no te conviene que se sepa y si se publica perjudicaría al partido». Así nacen los grandes cánceres internos que convierten a los partidos en auténticas escuelas de gregarios mediocres sometidos y, en algunos casos, de déspotas, corruptos y hasta delincuentes. Siempre hay alguien en el partido que te dice que «la ropa sucia se lava en casa», mientras que otros proclaman ideas tan antidemocráticas como aquella de que «el fin justifica los medios», que «en política vale todo» o que «al enemigo ni agua»

 Si queremos que Ferrol vuelva a ser lo que era, hay que buscar a alguien que aporte energía, convencido de que esto tiene futuro, que se crezca desde este presente, aprendiendo de un pasado que fue pero no que lastra… Necesitamos gente que luche y que sepa que esto no es para apoltronarse sino para compartir lo mejor de sus cualidades de gestión. Y una vez agotada su capacidad de aportación, que sepa retirarse a la vida privada, a su profesión. La política y nuestras instituciones no están para alimentar a gente que no sirve para nada que no sea aparentar y derivar los bienes públicos hacia sus bolsillos privados.

Parece que algunos ya tienen puesta su mirada en Santiago y Ferrol ya no interesa para nada…

Comentarios

Entradas populares