González Formoso presentará su candidatura a secretario xeral del PSdG enfrentándose a Gonzalo Caballero
El actual secretario provincial del PSOE coruñés y
presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, presentará
el próximo jueves, día 30 de septiembre, su candidatura a las primarias que el
PSdeG celebrará para elegir a su nuevo secretario xeral, un proceso para el que
ya se ha postulado el actual jefe de filas de la formación, Gonzalo Caballero.
La dirección del PSdeG que encabeza Gonzalo Caballero ha
denunciado un «inflado fraudulento» de militantes en la agrupación de As
Pontes, liderada por el secretario provincial del PSOE coruñés y alcalde de la
localidad, Valentín González Formoso, que habría duplicado su censo.
La agrupación pasó de 22
a 135 afiliados en los últimos años y que, con el plan de dinamización de
la agrupación local, sigue creciendo con el objetivo de alcanzar los 300 afiliados en 2022.
Llama la
atención" que el partido "critique públicamente a algunas
agrupaciones en las que crece la militancia y el número de ediles",
explicaba la secretaria, que sostiene que la de As Pontes "no es la única
que está creciendo". "Lo están haciendo muchas más agrupaciones en la
provincia de A Coruña, cumpliendo el plan de expansión y crecimiento de la
militancia" aprobado por el comité provincial.
Ferraz considera
válidas 120 afiliaciones registradas en la agrupación de As Pontes de
García Rodríguez (A Coruña) y ha rechazado la denuncia de la dirección del
PSdeG, encabezada por Gonzalo Caballero, sobre un "inflado
fraudulento" de los militantes. La queja se presentó a principios de
julio. Al frente del Ayuntamiento y de la agrupación del partido en As Pontes
está Valentín González Formoso, a
quien fuentes de su entorno sitúan en la batalla por liderar el PSOE gallego
que se va a librar en las próximas semanas.
La alternativa que
cobra más fuerza para intentar desbancar a Caballero, lastrado por los
resultados de las autonómicas que relegaron al PSdeG a tercera fuerza política
por el sorpasso del BNG, es la de Valentín González Formoso.
Desde 2001 no quedaba el PSdeG como tercera fuerza en el
Parlamento. Los socialistas tendrán que reflexionar y plantearse seriamente la
deriva de las siglas que un líder como Gonzalo Caballero no ha sabido
reconducir. Una militancia Atónita, desmotivada y muy enfadada por la
autocracia que aplica su líder, bajos perfiles y cambalaches en las listas que
a golpe de “dedo” el secretario general de los socialistas gallegos ejerció
desde que ganó las primarias “a la búlgara”
Caballero negó en una ocasión que la elaboración
de las listas por parte del Comité Federal reste importancia a las
propuestas de la militancia, y recordó la forma de funcionar del partido. Así,
puso como ejemplo el caso de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que
partía como número 11 en la lista por Sevilla, pero que “todo el partido tenía
claro que tenía que ser cabeza de lista”.
Gonzalo Caballero no ha sido capaz de traducir en apoyos
para estos comicios la ola de simpatía capturada por el partido en las tres
elecciones celebradas durante el pasado 2019, en las que el liderazgo de Pedro
Sánchez desde Ferraz le permitió al PSdeG ser, por primera vez en su historia,
el partido más votado en Galicia en unas generales.
Por el camino se han quedado cientos de miles de votos que mantienen a los socialistas en 15 diputados, tal y como sucedió en 2016, pero que se quedan lejos de satisfacer las aspiraciones de liderar el cambio en una política autonómica que durante los próximos cuatro años seguirá el rumbo de los once anteriores bajo el timón del PPdeG .
Los socialistas con Caballeo no solo perdían un escaño, sino
que además pasaban a ser la tercera fuerza en Pontevedra, por detrás de los
nacionalistas. Así que un motivo más para la reflexión, decía el secretario de
organización del PSOE local, Tino Fernández.
El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, aseguraba que 2020
«va a ser el año del cambio en Galicia». «Yo soy un corredor de fondo político,
Feijóo está rezagado y estamos preparados para el sprint final que va a
permitir un gobierno de izquierdas y progresista al frente de la Xunta»,
afirmaba. Así lo aseguraba en
declaraciones a los medios en un encuentro con militantes en Lugo, en donde ha
augurado que «va a haber un gobierno socialista en el año 2020» en Galicia.
Gonzalo Caballero Míguez, es un doctor en Ciencias
económicas, profesor e investigador en ciencias sociales, especialista en
economía política y análisis institucional, pero en política es fundamental
ganarse el derecho a ser escuchado. Quien no lo posea, aunque sus méritos y sus
logros sean indiscutibles, no logrará el poder democrático. Ese derecho no lo
otorgan todos los títulos universitarios del mundo, ni el dinero, ni el éxito
mediático; lo concede el electorado y sus criterios para concederlo tienen que
ver con la identificación. El fracaso de
Caballero no es discutible. En las anteriores elecciones
G. Caballero no solo perdió un
escaño, sino que además pasaba a ser la tercera fuerza en Pontevedra, por
detrás de los nacionalistas.
En realidad la mayoría de los políticos escucha a los otros
políticos, no a la gente de la calle. Y escucha a su círculo más íntimo, el
cual muchas veces le construye con palabras una realidad virtual ajena a la
otra realidad.
Además, como decían los griegos, “los dioses ciegan a
quienes quieren perder”. Fruto de su dificultad para escuchar, los políticos
perdedores dejan de ver la realidad tal cual es.
Los políticos derrotados perdieron antes de contar los
votos. Perdieron porque no supieron comunicarse con el elector. Para comunicarse hay que saber escuchar,
ver y hablar.
Duro castigo, pues,
para Caballero, que nunca debió adelantarse a predecir los resultados y cuya
soberbia y ambición recibían un jarro de agua fría.
Dice un proverbio legalista español: “Tengas pleitos y los
ganes”. Advirtiendo del riesgo que se corre cuando se acude a un tribunal de
manera temeraria. Pues algo parecido se le puede decir al fugaz Caballero:
tengas elecciones y las ganes. Sobre todo cuando disfrutas de todo el poder.
Otro refrán: la avaricia rompe el saco.
Aquí en España no
dimite nadie. Entre la clase política española, dimitir nunca ha estado de
moda. Hacer política hoy no es fácil; lo han demostrado diversos aspirantes a
políticos profesionales que tuvieron graves errores en sus primeras
declaraciones o que pensaron que el filtro que les permitía tener prestigio en
otras profesiones era el mismo que en la esfera pública; por el contrario,
tuvieron que dar explicaciones, algo impensable en otras actividades
profesionales.
Lo que nos está ocurriendo en España es el efecto llamado Dunning-Kruger: individuos que se hacen
llamar políticos, con escasa habilidad y conocimientos, y que sufren de un
sentimiento de superioridad, considerándose más inteligentes que otras personas
más preparadas, midiendo incorrectamente su capacidad por encima de lo real.
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