El PSOE rechaza en el Congreso anular las inmatriculaciones de la Iglesia.
PP, PSOE, VOX, Ciudadanos y PNV se
unen para tumbar la reversión de los bienes inmatriculados a favor de la
Iglesia.
Si Pedro
Sánchez, líder del PSOE, es presidente del Gobierno revisará toda la fiscalidad
que atañe a la Iglesia católica para que paguen por los inmuebles que no dedica
al culto. Así figuraba en
el borrador de su programa electoral en el apartado de laicidad en el que
se haabía decidido “la reclamación de la titularidad del dominio de los bienes
que desde 1998” la Iglesia Católica inmatriculó sin tener títulos que
justificaran su propiedad. El avance hacia “la autofinanciación de las
confesiones religiosas” y la “revisión de los acuerdos con el Vaticano”, son
otras de las propuestas, junto a la elaboración de “un protocolo para la
organización del actos de Estado de carácter civil”, para que los homenajes no
siempre sean religiosos.
Sin embargo,
el grupo socialista ha descartado este martes la posibilidad de anular las
inmatriculaciones realizadas por la Iglesia católica desde la aprobación de la
Constitución española, una propuesta defendida en el Congreso por ERC y Bildu y
que ha apoyado su socio de Unidas Podemos.
La Comisión
de Justicia ha rechazado una proposición no de ley de ERC y Bildu para pedir al
Gobierno el listado de bienes inmatriculados desde 1946, cancelar por
"nulidad insubsanable" los asientos practicados por la Iglesia
católica de acuerdo con la Ley Hipotecaria al menos desde 1978, "por
inconstitucionalidad sobrevenida", y habilitar mecanismos para posibilitar
las reclamaciones de los legítimos titulares de los bienes.
Desde ERC, Carolina Telechea ha defendido la necesidad
de revertir una situación "injusta" en un estado aconfesional y desde
Bildu, Isabel Pozueta ha considerado que "no hay más solución que deshacer
lo mal hecho", ya que la Iglesia ha "usurpado patrimonio cultural que
debería ser público".
Las
"inmatriculaciones" son una ocasión de oro para la Iglesia, si ella
quiere (si queremos) que sus (nuestros) bienes sean verdaderamente de los
pobres, esto es, bienes de gracia y comunión para que todos puedan (podamos)
compartir aquello que somos y tenemos, no en forma de propiedad egoísta (de
algunos), sino de radical desprendimiento y enriquecimiento compartido.
La riqueza
verdadera de la Iglesia no son unas propiedades de tierras y fincas, de
edificios y de catedrales/museos. La
riqueza de la Iglesia es su generosidad (vende lo que tienes…) y su
solidaridad (dáselo a los pobres), en clave de experiencia más alta de
gratuidad y misterio (ven y sigueme),
en la línea del «ciento por unos», en familias y amigos, casas y campos…
Hay dos clases de tentaciones. El dolor prueba a
las personas como el crisol al oro, y hace ver su buena ley por medio de la
paciencia. Pero la prosperidad se convierte
también para muchos en ocasión de prueba. Porque tan difícil como no
hundirse en las dificultades, es no volverse insolente en la prosperidad...
De esas
tentaciones que pueden venir en la prosperidad de la vida tenemos como ejemplo,
entre otros muchos, a ese rico del que nos acaban de leer en el evangelio (cf. Lc 12, 16ss)... Dios hizo el sol que
calentara las semillas y multiplicaran los frutos por medio de la fertilidad...
Pero ¿qué había en este hombre? Talante duro, aborrecimiento de los demás,
mano cerrada a la hora de dar. Así le pagaba a Dios su bienhechor. No
pensaba para nada en la naturaleza común, no pensaba que lo sobrante debe
repartirse con los necesitados. No hacía caso de aquellas palabras: "parte
tu pan con el hambriento"(Is 58,7).
Ya pueden clamar todos los profetas y todos los maestros: el rico avaro no
escucha a nadie.
La causa está en el “pecado de querer
poseer y dominar a los hermanos y las hermanas, la naturaleza y al mismo Dios”
Afirma el papa Francisco
En esta
línea ha manifestado que si bien “las propiedades y el dinero son instrumentos
que pueden servir a la misión” son transformados fácilmente “en fines,
individuales o colectivos”. “Cuando esto sucede, se socavan los valores humanos
esenciales”, ha señalado. Asimismo ha evidenciado que la “desigualdad” es un
“virus que viene de una economía enferma” y de un “crecimiento económico
injusto” que prescinde de los “valores humanos fundamentales”.
Pero, ¿cómo puede la Iglesia hablar
hacia fuera, proponer algún modelo de este tipo centrado en el Evangelio,
cuando ella misma no lo está viviendo?
?? LA IGLESIA ES EL MEJOR NEGOCIO DEL MUNDO ¿¿
ResponderEliminarTIENEN LOS MAYORES INGRESOS LIMPIOS, YA QUE NO PAGAN IMPUESTOS.
HACEN OBRAS DE CARIDAD CON LAS APORTACIONES, PARA SU IMAGEN.