Feijóo “les quita a los pobres de la Risga y se lo da a los ricos” Así definió el portavoz de En Marea, Luís Villares, al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
«Usted es un
AntiRobin Hood: le quita a los pobres de la Risga para dárselo a los ricos vía
regalo fiscal». Así definió el portavoz
de En Marea,
Luís Villares, al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante una
intervención en el Debate sobre el Estado de la Autonomía en la que comparó la
década del PP en San Caetano con la «emergencia climática» a la que se enfrenta
el mundo.
También lamentó los contrarios «precarios» ofrecidos por la Consellería de Sanidade, lo que ilustra
una situación contra la que la Xunta, añadió, no ha luchado. «En el período de
2011 a 2018 se dejaron de ejecutar 945 millones de euros en políticas de
promoción de empleo», denunció.
La gente vive la
pobreza con vergüenza, en silencio y con tristeza. Pocos se imaginan que para
ducharte tengas que robar el champú y muchas otras cosas. Todos, al final,
nos quedamos con lo que vemos en televisión, las manifestaciones, la policía,
pero de puertas adentro nadie sabe nada. Y eso que en la película se muestra lo
mínimo, porque los dramas que la gente vive de verdad son mayores.
LA RISGA (Renta de
Inclusión Social) carece de presupuesto
suficiente, por lo que su aplicación es muy restrictiva. Larga tramitación
burocrática que provoca un atraso en la percepción de la prestación. Los
proyectos individualizados de inserción no funcionan como tales en la mayoría
de los casos y en consecuencia se van cronificando las problemáticas.
Las listas de espera para acceder a los
recursos sociales son una evidencia más de la escasa sensibilidad del gobierno
del PP para dar respuesta las necesidades sociales.
«He llorado de
impotencia por casos de denegación de la Risga», afirmaba en un diario gallego
una técnica de Servicios Sociales de un ayuntamiento de Barbanza. Su
frustración era compartida por otras compañeras de la comarca, alguna de las
cuales manifiesta: «Coa Risga estanse dando situacións psicodélicas». Los
demandantes se quejan de las dificultades que deben sortear para recibir unos
ingresos que les permitan escapar de la exclusión y las trabajadoras sociales
ven como, en muchos casos, su valoración positiva para la concesión de la ayuda
topa con un muro burocrático. Por una parte, explicaban que el tiempo de espera
se alarga durante meses por los requerimientos que se hacen: «Es un retraso
provocado»
Las técnicas también
precisaban que el acceso a la prestación es difícil porque solo con que el
solicitante tenga un familiar que pueda proporcionarle alimentos no se la dan,
pero hay muchas otras razonescomo las que comenta un solicitante: «Llevaba seis
meses esperando por una Risga y me la denegaron porque trabajé un mes».El
solicitante «ya no es susceptible» de percibir la Risga si tiene «algún
familiar con ingresos». Puede llevarse mal con su padre, su madre o un hermano,
entonces puede tener problemas para recibirla. Las condiciones impuestas por la
consellería son miserables cuando la única condición debería ser que, si una
persona no tiene ingresos suficientes, pueda tener acceso directo a la Risga»
Desde principios del mes de mayo la Xunta ha empezado a
enviar cartas a cerca de 2.000 personas en riesgo de exclusión social a las que
les reclama la devolución de cantidades de miles de euros. Son perceptores de
una renta autonómica pensada para cubrir los gastos más básicos y que
tramitaron en los últimos meses el ingreso mínimo vital (IMV), pero estaban a
la espera de cobrarlo. La administración central les abonó en abril en un solo
pago las cantidades atrasadas del IMV. Las dos prestaciones son incompatibles
porque así lo establece la ley gallega, de modo que la administración
autonómica reclama ahora lo que pagó en el periodo de tiempo en el que estas
personas tenían reconocidas ambas porque considera que se cobro de forma
"indebida".
Las deudas que ahora afrontan familias sin recursos son de
varios miles de euros, el resultado de multiplicar el número de meses desde que
solicitaron el ingreso mínimo vital, aprobado hace casi un año, por la cuantía
mensual que la Xunta les ingresó por la renta de inclusión social de Galicia
(Risga). La media de esta prestación es de unos 470 euros al mes. Son 8.330 los
receptores de esta renta y 1.880 de ellos son los que calcula el Gobierno
gallego que perdieron el derecho a seguir recibiéndola por haber accedido al
IMV y a los que les está pidiendo que devuelvan lo recibido estos últimos
meses.
No podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras en el
mundo muchas personas no tienen cubiertas las necesidades básicas para
subsistir; esto nos haría ser cómplices de su situación. Las causas de la
pobreza y las desigualdades cada vez más grandes entre los seres humanos están
en decisiones políticas, donde el beneficio de unos pocos prevalece sobre el
bienestar de muchos. Es hora de que en el ámbito de la política se dé voz a los
que hasta ahora estaban silenciados, los empobrecidos. Es hora de ponerse en
marcha y conseguir con el esfuerzo de todos UN MUNDO MÁS JUSTO.
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