El ministerio de consumo teme que la reducción de oficinas y la apuesta por la banca ‘online’ perjudique a los consumidores
La economía española sigue en caída libre, pero la banca
consigue sus beneficios,
aún a costa de la economía familiar. Entre enero y septiembre del año pasado
los ingresos de la banca por comisiones llegaron a los 15.146 millones de
euros.
El cobro de
comisiones a los clientes por los servicios bancarios entre enero y septiembre
alcanzaron una cuantía de 15.146 millones de euros (55 millones diarios, ó unos
2,3 millones por hora) en el conjunto del negocio global de las seis grandes
entidades españolas.
La banca española está inmersa en una profunda
transformación de su modelo de negocio que la está llevando a acometer una
drástica reducción de plantilla y de oficinas bancarias. Los dos principales
motivos son la transformación digital y el auge de la banca online, por un
lado, y por otro el proceso de fusiones que arrancó en 2008, con la anterior
crisis económica, y que se ha vuelto a acelerar por la crisis del coronavirus.
El ministro de Consumo, Alberto
Garzón, ha enviado este viernes una carta a las patronales bancarias para
pedirles información sobre la reestructuración que está acometiendo el sector,
que incluye la reducción de oficinas en todo el territorio nacional y una
fuerte apuesta por la banca online. El organismo quiere controlar que estos
cambios no supongan un perjuicio para los usuarios vulnerables, que en este
caso serían aquellos que viven en pueblos pequeños o quienes tengan problemas
de alfabetización digital, sobre todo en cuando al acceso al dinero en
efectivo, que no puede ser sustituido por la banca electrónica.
Según datos del Banco de España, en 2008 había 45.662
oficinas bancarias en España, un número que se ha reducido casi a la mitad (un
49%) en 2020, hasta las 23.340. El Informe Anual del Banco de España de 2020,
publicado el pasado 13 de mayo, muestra además que el 59% de los municipios
rurales no disponen ya de sucursal bancaria, un dato que en 2008 era del 48%.
El temor es que con los nuevos cambios en el sector, y la fusión de Bankia y CaixaBank
y los cierres de sucursales anunciados por el BBVA, esta tendencia continúe,
dejando a muchos consumidores desprotegidos. No obstante, CaixaBank se ha
comprometido a que no cerrarán ninguna sucursal en los pueblos en los que sean
la última entidad abierta.
El motivo es claro, según JP
Morgan. "A medida que la banca digital sigue ganando terreno, creemos
que la necesidad de sucursales seguirá disminuyendo en España". Cada
aumento del 10% en la banca digital implicaría que el 28% de las sucursales
podría cerrarse. "Suponiendo que la proporción de clientes digitales
aumente en un 10%, los bancos españoles podrían reducir potencialmente el
personal en un 9% y los costes en un 11%", prevén desde la consultora. Y
las decisiones de los principales bancos españoles en este mismo año 2021 les
están dando la razón.
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